Por Jesús Ramos
Mostrar el músculo es lo que hacen los políticos en sus eventos para crear la percepción de tener con qué competir por puestos de elección popular. Y claro está, ese músculo proyecta lo proporcional al cargo buscado.
Es la feromona que delimita el territorio. La señal del macho alfa diciéndole a los de su especie que el que manda ahí es él. Es el perro que mea toda la cuadra para notariar que la cuadra entera es suya.
Músculo chiquito escaño insignificante, músculo grandote proyecto gigantesco. Músculo enorme político magno, músculo diminuto político mini. Músculo monumental político triunfador, músculo chaparro político comparsa.
Julio Huerta arrancó campaña el 10 de febrero con el programa Viernes de las Mujeres en San Francisco Totimehuacán, alrededor de quinientas personas pudo reunir contando a la excorcholata Toño Martínez.
Su plataforma de lanzamiento mostró un músculo político mini, demasiado pequeño considerando su cargo de secretario de Gobernación y el propósito suyo de ser mandatario.
Sus propagandistas le elevan a la categoría de súper operador de las legiones políticas e indispensables estructuras del gobierno del Estado y de Morena para que Sheinbaum, Ebrard o Adán ganen Puebla en las elecciones presidenciales del 2024.
Pues no se vio que eso fuera cierto. Quinientas almas son pocas para lo que pretende, para lo que es en el gabinete estatal y la fama que le endilga el difuntismo. Chiquitín músculo el que puso a consideración del votante respetado.
Nacho Mier salió del partidero dos días después con rumbo a la gubernatura de Puebla en el Salón Country de San Manuel juntando alrededor de 10 mil fulanos sin poseer la jerarquía publicitaria de súper operador político.
Músculo magno el que exhibió. Su proyecto mostró lo que él quería mostrar: poder, confianza, viabilidad, elementos esenciales en sus pretensiones, bien entendidos, además, por la clase política amiga y enemiga.
Hizo quedar en ridículo a Julio Huerta. Las columnas periodísticas y notas informativas oficiales que aplaudirían el arranque del secretario de Gobernación el lunes siguiente fueron a dar al cesto de la basura. Los mariachis callaron.
Todos los políticos acarrean gente a sus eventos proselitistas no seamos ingenuos. Ningún acarreado va a esas cosas sin recibir algo a cambio. El mismo Julio ha movilizado votantes a las consultas y marchas de Morena. En las elecciones del 2021 lo hizo también.
Se durmió, se atarugó el viernes 10 de febrero pues, eso fue lo que pasó. Y Nacho le comió el mandado. Las justificantes del asunto son pretextos, excusas, quejidos. @DiarioReporter