Por Jesús Ramos
Es ya fuerza política importante el Partido Verde en Puebla, antes que ella está el PAN y en la supremacía Morena. Es tercera potencia porcentual. Echó atrás de la fila al descalabrado PRI y PT.
Esa franquicia vale oro molido ya mismo en lo económico, pero más todavía en poder, en cabildeos con el gobierno en turno y acuerdos políticos de ultratumba.
Elegantes y civilizados son los Natale, Tony Gali y Estefan, amigos seguramente, lindas personas, sin embargo, cuando los liderazgos y egos coinciden en espacios políticos reducidos anuncian tormenta.
Lucharán por el control de ese instituto no tardando, eso pasará, aunque en discursos y declaraciones muestren desinterés en hacerlo, el poder no se comparte, tampoco el liderazgo, es premisa incluida en los tratados de poder. En toda manada sólo existe un macho alfa y este aniquila a quienes le significan riesgo.
¿O usted ve a Estefan sometido a la voluntad de los Natale? ¿Tony obedeciendo a Estefan? ¿Los Natale doblegándose a la directriz de Estefan o de Tony? Al tiempo.
Ser tercera fuerza política en Puebla conlleva un gran poder, pero también una gran responsabilidad, recuerde al Tío Ben dándole este consejo a Peter Parker. Los tres antes mencionados querrán poseer tan grande responsabilidad.
El tsunami guinda del domingo dio al Verde una plusvalía mayor a la que tenía, sus acciones cotizan más altas en el mercado político poblano. Y qué le digo de sus candidaturas del futuro.
La palabra “chiquillada” se ha endilgado a los partidos pequeños o satélites dentro del sistema político mexicano. En esa zona la jerga peyorativa es vasta y ocurrente. El Verde la abandonó en los comicios del 2 de junio, envió para allá al PRI y al PT. @DiarioReporter