Por Jesús Ramos
Mejor sería que no lo hiciera, por prudencia, por respeto a la inteligencia de los poblanos incluso, pero lo hará Adán Domínguez, se atreverá el 3 de octubre a dar su informe de gobierno municipal.
Cosa tan fea vivimos los poblanos con este señor al frente del ayuntamiento de Puebla, también con Eduardo Rivera, ningún otro partido antes ni alcalde tuvieron semejante desempeño, pésimo, horrible.
Por las nubes la inseguridad, arriba del 200 por ciento los homicidios dolosos, robos ni se digan, ejecuciones en sitios públicos, desmembrados, masacres, alza en robos de vehículos.
A Adán le dejaron la difícil tarea de cerrar el negocio del Yunque, de Lalo y del PAN, bajar la cortina y poner los candados de un ayuntamiento carente de lo que pregona, de Rumbo.
Integrantes del cabildo gustosos lo confirmarían, fue una administración de apetito voraz por los recursos públicos y negocios con proveedores, tenaz en el sangrado de los bolsillos de la gente, automovilistas y pequeños negocios.
Fue tanto el asedio incluso a la intimidad de las familias que el área de tesorería sobrevolaba drones en las propiedades de las personas para aumentarles el impuesto predial o, bien, para sancionarles si adecuaban sus hogares, a ese grado llegaron Adán y Lalo.
Cometieron infinidad de ecocidios, uno de ellos, el de la calle 5 de mayo del centro histórico le costó la vida a un niñito voceador en su primer año de gestión, sin que repararan el daño o contribuyeran para los funerales.
Adán se va en 14 días dejando una ciudad bombardeada de baches, atestada de prostitutas, con obras clasistas en el barrio de Santiago y en la avenida Juárez que deberán corregirse en lo futuro por la reducción de carriles, mientras en metrópolis como la nuestra amplían calles, el ayuntamiento panista las redujo, horrible fue esta pesadilla. @DiarioReporter