Por Jesús Ramos
Son tiempos terribles para implementar medidas recaudatorias y el ayuntamiento panista de Eduardo Rivera Pérez lo está haciendo. Todos los países del mundo atraviesan severa crisis económica sin precedentes y Puebla no es excepción.
Solidarias con sus gobernados es como tendrían que mostrarse las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Tantito sensibles. Un poquito comprensivas. No clavarle los colmillos al gasto del hogar en esta aguda escalada inflacionaria.
En dos décadas no había ocurrido una subida de precios como la de hoy. El dinero no rinde a las familias, es la verdad, alcanza para menos y encima de ese oscuro panorama la decisión de la autoridad municipal de instalar parquímetros y aplicar fotomultas.
Reducir accidentes es el argumento, ponen ejemplos de ellos, los más recientes y letales, sin embargo, la polémica de si son medidas recaudatorias o aflicción del alcalde por los poblanos alienta suspicacias, estalla como granada de fragmentación y ofende inteligencias.
El poder muestra el verdadero rostro de las personas y Eduardo Rivera dejó de ser el candidato buena gente que conocimos en el 2021 para mostrarse como el presidente municipal que es: voraz, insaciable, impetuoso por el dinero, Señor Burns de Los Simpson, ambicioso.
Ahí está su ímpetu por aplicar el impuesto al alumbrado público, la solicitud de préstamos bancarios, remate de automóviles en corralones, parquímetros, aumento a los derechos y servicios ofrecidos por la comuna y ahora la aplicación de fotomultas en la ciudad.
Este ayuntamiento del PAN se ha distinguido por consultar sus políticas públicas y decisiones municipales con Miguel Barbosa, si no las pasan por el tamiz del mandatario no proceden, tome por botón de muestra la publicidad en exteriores, primero la frenó y luego la autorizó.
Lalo Rivera no consultó a los poblanos para aplicar la medida recaudatoria de los cinemómetros, pero sí lo hizo con el gobernador, de otra manera no se hubiese atrevido a desafiarle, así se entiende.
Reducir accidentes es un pretexto absurdo, tan absurdo como el tal ordenamiento vial con los parquímetros. Nos están mintiendo, es la verdad. Lalo y el PAN necesitaban razones para hincarle el diente a la economía de las familias que se mueven en vehículos por la ciudad y echaron mano de narrativas mañosas: salvar vidas y poner fin a los franeleros.
Por advertencia del Fondo Monetario Internacional se supo desde el 2021 que el mundo entraría en una crisis financiera con altos niveles inflacionarios a partir del 2022, misma que podría durar diez años.
Eso a Eduardo Rivera no le importó, su iniciativa de Ley de Ingresos de este año incrementó derechos y servicios. Y desde entonces ha ideado variadas formas de obtener dinero de las familias poblanas con narrativas falsas. @DiarioReporter
Para una campaña política del 2024 de ser candidato al gobierno del estado se necesita dinero, el Profesor Carlos Hank González, priísta, comentaba en público que un político pobre es un pobre político y Eduardo Rivera es ahorita un político pobre