Por Carlos Clemente
Es de humanos errar, pero no aprender la experiencia es de necios.
Primero fue la pandilla de chiapanecos que se apoderó, por instrucciones superiores, de posiciones claves en la Secretaría de Movilidad y Transporte.
Hicieron de la dependencia lo que quisieron. Gozaban de la protección de quien toma las decisiones en el estado, aunque después se hizo la víctima y se llamó sorprendido cuando la corrupción tomó niveles de escándalo.
Con el cambio de titular en la dependencia, llegó la pandilla de hidalguenses.
Un famoso sommelier, en calidad de asesor, es quien toma las decisiones en todas las áreas de la dependencia en lugar de Elsa Bracamontes, su nombre Elías Fernández Chequer.
De la mano del también hidalguense Miguel Ángel Chávez Valdez, empoderado en la dirección de Supervisión, han tomado todo el control de la dependencia. Y todo es todo.
Lejos de la modernización del sistema ofrecida por el gobernador, la corrupción de la mafia hidalguense es la causa del caos que priva en el sector: han sido permisivos con miles de unidades pirata, toleran la invasión de rutas y los mototaxis, falta de regularización de unidades e incumplimiento de la norma en todo el estado.
A once meses de su arribo a la dependencia, Elsa Bracamontes tiene a la dependencia al borde del caos y la corrupción.
Su falta de oficio y capacidad en el área, la ha justificado por la ausencia de un marco jurídico adecuado, por ello promovió una nueva ley de transporte, misma que ya fue aprobada pero que carece de reglamentación.
Una ley hecha desde un despacho de la Consejería Jurídica que excluyó a los transportistas y a los propios usuarios.
Elsa Bracamontes ha vendido el discurso de que la nueva ley y su reglamentación resolverán por arte de magia un problema tan complejo como lo es el transporte público. Nada más falso.
Los focos rojos se encendieron en la dependencia la semana pasada.
La titular, aconsejada por el sommelier hidalguense, engañó al Ejecutivo.
Al gobernador le informaron que el conflicto de Libres fue por un operativo contra unidades pirata.
Mentira.
Por órdenes de Chávez Valdez, tres supervisores bajaron a los pasajeros y detuvieron unidades en regla, entre ellas, las concesiones 17806 y 17808, para favorecer acuerdos económicos con un cacicazgo regional encabezado por Alba Berenice Moreno, cuyas unidades modelo 2006 prestan un pésimo servicio a los habitantes en la ruta San José Morelos-Libres, muchas de esas unidades llevan meses sin prestar servicio por estar descompuestas.
El operativo, por irregular a todas luces, generó un malestar social que derivó en la quema de cuatro vehículos, dos unidades de la Secretaría de Movilidad, una patrulla municipal y el auto del presidente municipal.
Al día siguiente el gobernador afirmó que había sido un operativo contra unidades pirata y que por lo tanto “no vamos a tolerar actos de vandalismo”.
Las tarjetas de Elsa Bracamontes para el gobernador estuvieron plagadas de mentiras.
Mucho cuidado porque algo similar podría suceder en otras partes del estado, donde la corrupción tiene hartos a transportistas, ejemplos: Atlixco, Izúcar de Matamoros, Ajalpan, Tepexi de Rodríguez, Tehuacán, Acatzingo y varios puntos de la Sierra Norte.
En tanto, las consecuencias de la corrupción e incapacidad de los funcionarios del transporte, las pagamos todos los ciudadanos. @DiarioReporter