Por: Jesús Ramos
Si nos aumentan las tarifas del agua potable, al PAN de Augusta Díaz de Rivera no le interesa. Tampoco le interesa que la inseguridad despedace a las familias poblanas. Infamias como las de Coyomeapan no se encuentran en su bitácora política.
Incrementaron los impuestos y servicios este año y no dijo ni pío. Se registraron masacres en Ciudad Serdán, Tehuacán, Atlixco y el miércoles pasado en Jolalpan y sus ojos y oídos están cerrados.
El cadáver del bebé Tadeo apareció en el penal de San Miguel y se escondió. Violaron y asesinaron a una niña en Zoquitlán y a otra en Chichiquila, y como si eso no hubiera pasado.
Sus redes sociales son de socialité, con perritos, cumples, pasteles, selfis, temas internos del partido y testeos de oposición sin ser oposición. Y aquí tendríamos que detenernos un poco.
Augusta opina como aguerrida opositora en los temas nacionales, pero no en los temas locales. Es candil de la calle y oscuridad de su casa. No critica, no exige, no se pone del lado de los poblanos cuando el gobierno de Barbosa comete arbitrariedades.
En la crisis de la Universidad de las Américas Puebla no se metió. Se hizo chiquita. Fue espectadora de las villanías del Ejecutivo contra los universitarios. Un dedo no movió por ellos.
No asume el rol de oposición que debería desde la dirigencia del PAN. Tendría que exigir mayor seguridad pública al estado. No lo hace. Debería demandar obra social visible. Se calla.
La policía estatal embosca a indígenas de Coyomeapan y asesina a sangre fría a tres, un niño entre ellos, y Augusta se agacha. En toda esa crisis ha evitado opinar sobre los crímenes de estado y presos políticos.
Como mujer debería treparse en temas trascendentales como los feminicidios, infanticidios, desaparición de jóvenes y niños, y exigirle a Barbosa freno a la inseguridad, devolución de la paz.
La lideresa del PAN no actúa como lo que tendría que ser, oposición. Es cierto que tampoco aplaude los excesos del mandatario, pero guardar silencio también la hace aliada suya.
Mucha mesura de Augusta frente al poder hace pensar mal. Eduardo Rivera Pérez y Barbosa alimentan una relación institucional y política de sospechas hacia el 2024, y la actitud pasiva del PAN estatal las alimenta.
El PAN del bien común dejó de existir en Puebla. Ese PAN de Gómez Morín y de causas justas se extravió desde que Augusta Díaz de Rivera asumió el liderazgo del partido. Este PAN es de socialité y de la moda. Estos que ven aquí son mis perritos, súbanlos a mis redes. @DiarioReporter