Por Jesús Ramos
Para qué escuchar opiniones si el estilo característico de Barbosa es autoritario. Y eso hará, impondrá su Reforma al Poder Judicial sin considerar puntos de vista y aportaciones de universidades, colegios, barras de abogados y de los propios magistrados del Tribunal Superior de Justicia.
Hubiese sido fantástico, generoso de su parte y ejemplo de apertura, incluso de democracia participativa, escuchar voces de auténticos expertos, juristas y académicos sugiriendo mejoras sustanciales a la impartición de justicia en Puebla y al exterminio de los vicios vinculados a la corrupción.
Estamos perdiendo esa oportunidad, hay que decirlo como es, con todas sus letras. El Ejecutivo no solo puso oídos sordos a las voces inteligentes y expertas en la materia, vamos, ni siquiera les dio la oportunidad de hablar.
Un solo hombre decidió, por sus pistolas, realizar cirugías mayores al Poder Judicial para añadirle dos extremidades al monstruo: una Sala Constitucional y un Tribunal de Justicia Administrativa completamente innecesarios.
Digámoslo así, su propuesta crea un Frankenstein con partes judiciales existentes más otras suyas. Un adefesio horrible, ideal para enriquecer la novela de terror de Mary Shelley o alguna otra de Stephen King.
La Sala Constitucional elimina el derecho de los poblanos a demandar justicia federal si se inconformaran con las sentencias dictadas por los jueces locales. Y el Tribunal de Justicia Administrativa, fungirá como contraloría o garrote de Barbosa para sancionar a magistrados, jueces y ministerios públicos que no ejerciten la acción judicial que a él guste, ordene y le convenga.
Con su Reforma Judicial tendremos un Poder Ejecutivo en Puebla erigido en Gran Juez (o Nerón) para impartir justicia a su contentillo, estado de ánimo, humor diario y con el derecho constitucional de invadir funciones que no le competen en otro Poder ajeno al suyo.
Para ser más claro, la iniciativa que ingresó al Congreso del Estado será un mecanismo de control legal y político operado por él y su asesor jurídico Carlos Palafox más para mal que para bien, aunque sus focas de la prensa le eleven las barberías a gobernador serenísimo y vanguardista.
Qué miedo. No hay confianza en que la detendrán los diputados del Congreso del Estado. Sergio Salomón Céspedes, presidente de la Junta de Coordinación Política, se comporta como empleado de Barbosa en vez de responder a los intereses de los poblanos. Su actitud es decepcionante.
Y las fracciones parlamentarias del PRI, PAN, PRD, PT y Morena, salvo contadas excepciones de poquísimos diputados, levantan la mano para aprobar las iniciativas del Ejecutivo de forma sumisa, mecánica, dócil, sin críticas ni juicios de valor.
La narrativa empleada por Barbosa y sus medios de comunicación oficiales incluye beneficios en impartición de justicia con un Consejo de la Judicatura autónomo y la creación de una Escuela Estatal de Formación Profesional, pero el fondo de la tal Reforma, esconde excesos del poder político sobre el judicial y el ejercicio de acciones legales de un solo hombre, omnipotente y omnipresente: el gobernante en turno.
De terror. De horror. De miedo. @DiarioReporter