Por: Jesús Ramos
Imposible no abordar el tema de Arturo Rueda y Nacho Mier. Pero no para desgraciarlos. No. Tampoco para victimizarlos, no exageremos. Sí como distractores de dos escándalos que amenazan este gobierno.
Coyomeapan y el asesinato de Cecilia Monzón tienen el trinitrotolueno suficiente para hacer tambalear una administración estatal que ha descompuesto Puebla a una velocidad vertiginosa en áreas estratégicas, aunque fundamentalmente en materia de inseguridad.
Un gobierno mal querido por poblanos, que se encuentra en los últimos lugares de aprobación, sin obra pública, sin empleo, sin cosas buenas para presumir, sin paz, sin tranquilidad, sin seguridad, todo ello facturable a lo frágil que es.
Fue terrible que la Policía Estatal en una emboscada asesinara tres indígenas, un menor de edad entre ellos, y herido a ocho. Y entonces como una bendición apareció un expediente viejo y cascado de la Unidad de Inteligencia Financiera armando tremenda polvareda en torno a Nacho Mier y Rueda.
En los pueblos les llaman buscapiés a esos cuetes que por silbar, tronar y echar chispas distraen la atención de las personas.
Y entonces se silenció la infamia de Coyomeapan en la prensa oficial, por un lado, y se echaron toneladas de carbón al miserable de Rueda y Nacho para que ardieran bonito, como hoguera de bruja medieval. Y los quemaron vivos, gobierno y empleados suyos del periodismo.
Asesinaron a la activista Cecilia Monzón el sábado pasado, se encendieron las alertas en el gobierno barbosista y Rueda fue detenido poco después por la Fiscalía General del Estado en la Ciudad de México en cumplimiento de una orden de aprehensión añeja y polvosa.
¿Coincidencia que ante los escándalos de Coyomeapan y el crimen de Cecilia se saquen del cajón expedientes archivados para activarse en la agenda mediática de Puebla? No lo creo. Pero usted amigo lector puede pensar lo que quiera que para pensar libres nacimos.
El operativo para desviar la atención de Coyomeapan y de Cecilia Monzón está en marcha con el caso Rueda-Nacho. Y en él participa el gobierno con el aparato de impartición de justicia y la prensa oficialista que entre más silbe, truene y eche chispas restará atención a los asesinatos de indígenas y activistas.
¿Logrará su cometido Barbosa y sus cómplices? Difícil predecirlo. Lo de Cecilia ocupó espacios en portadas de la prensa nacional. Lo de Coyomeapan me dicen que escalará a instancias nacionales e internacionales.
A veces peco de pesimista, sin embargo, tengo la impresión que ambos escándalos lograrán vigencia por largo tiempo. Son crímenes imposibles de ocultar. @DiarioReporter