Por Carlos Clemente
Subirse al transporte público en Puebla es jugarse la vida, literalmente. En la puebla barbosista el servicio de pasajeros es un transporte a la muerte. Tan sólo en la segunda quincena de julio se registraron cuatro accidentes letales, con un saldo de 49 heridos y dos muertos, entre ellos una menor de 2 años y once meses.
Los ciudadanos temen abordar las combis o los micros y rezan por llegar sanos y salvos a sus destinos. Sufren dos temores latentes: ser víctimas de la delincuencia o que el conductor no vaya en su juicio -alcoholizado o drogado-, ya que podrían sufrir un fatal accidente.
El viernes pasado, alrededor de las 6 de la mañana Blanca y Juan se dirigían a sus trabajos, viajaban en su auto particular tipo Chevy y llevaban en brazos a su pequeña Tania Edith de 2 años once meses de edad, cuando en el crucero de la 23 Sur y 23 Poniente fueron embestidos por la unidad 48 de la ruta Azteca, se pasó el alto, iba a exceso de velocidad.
Padre e hija perdieron la vida, sobrevivió Blanca quien fue trasladada al hospital por los servicios de emergencia, más tarde sería operada por fractura de cadera. Su estado de salud era delicado. Hasta ese momento desconocía que había perdido a su familia por la irresponsabilidad de un conductor del transporte público. Hubo otros diez pasajeros que también resultaron lesionados.

La Ruta Azteca se encuentra entre las que más irregularidades y reportes acumula, el concesionario mayoritario es Ángel Aceves, quien controla las políticas de operación de la misma desde hace muchos años.
La unidad 48 con número de concesión 18751, era una unidad GM modelo 2006, es decir, tenía 16 años circulando. Por ley, hace seis años debió haber sido retirada y el accidente se pudo haber evitado, pero la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) a cargo de Elsa Bracamonte, violando la ley le permitió seguir prestando el servicio en malas condiciones, pues se trata de un microbús viejo.
El accidente del viernes pasado no es un caso aislado, sólo durante la segunda quincena de julio se registraron cuatro accidentes letales con un saldo de 49 heridos y dos muertos.
La mañana del lunes 25 de julio, en la esquina de la 11 Poniente y la 19 Sur, la unidad 17 de la ruta 44-A se impactó contra un auto particular. El saldo ocho personas lesionadas, varios de gravedad.

El viernes 22 de julio, una combi de la ruta M2 y un automóvil se impactaron en Avenida Margaritas y calle Dalias, el resultado tres lesionados, entre ellos un vendedor de tamales que resultó herido.
En el Centro Histórico, el pasado 18 de julio dos unidades de la ruta 44-A unidad 37 y la ruta S25 chocaron, volcándose una de ellas, 14 personas resultaron con diversas lesiones.

El 16 de julio pasado, en la colonia Joaquín Colombres se impactaron por ir a exceso de velocidad un microbús de la Ruta Azteca y otro de la Ruta 2A, con saldo de 13 pasajeros lesionados y atendidos por los servicios de emergencia.

Un mes antes, el 20 de junio un conductor de la ruta 45-A en completo estado de ebriedad perdió el control e impactó dos autos, se estrelló con un puesto ambulante y acabó contra un muro en Avenida Las Torres y 11 Sur, el saldo nueve heridos, un menor casi pierde la vida.

El transporte promesa de campaña
Al cumplirse tres años del gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta, vale la pena recordar que el gobernador prometió un proceso a fondo de modernización del transporte público, promesa que implicó la autorización de un aumento a la tarifa del pasaje, a fin de que los concesionarios pudieran cumplir.
A la fecha, el servicio en Puebla lejos de mejorar ha empeorado significativamente, es de los más caros del país, de los más inseguros por los constantes asaltos y muy peligroso, porque los accidentes son una constante.

La prometida modernización se encuentra estancada, la secretaria Elsa Bracamonte se ha visto incapaz para aplicar la nueva ley del transporte y hacerla cumplir.
Ese vacío de autoridad ha generado una anarquía en el sistema de transporte público que se refleja en múltiples accidentes con consecuencias lamentables para los usuarios.
Los pendientes de Elsa Bracamonte
Es evidente que el cargo le ha quedado grande a la secretaria Elsa Bracamonte quien, en los últimos días, lejos de enfrentar el caos del transporte público, se dedicó a repartir despensas, pues pretendía quedar como consejera de Morena, pero se lo impidieron.
A días de cumplir 16 meses en el cargo, ha sido incapaz de aplicar la nueva ley del transporte que tanto pretextó para poner orden, no hay resultado de la licitación de las cámaras de videovigilancia, ni de los reguladores de velocidad que deberán ser instalados en cada unidad.

Se desconoce que espera para sacar de circulación modelos de más de 10 y 12 años (como la ruta Azteca accidentada); certificación de choferes, regularización de concesiones y eliminación del transporte pirata, pues es incalculable el número de unidades que carecen de concesiones y placas, sin embargo, prestan el servicio.
Los concesionarios hacen lo que quieren, no hay control ni regulación o supervisión por parte de la autoridad.
Las quejas ciudadanas que nadie atiende
En las redes sociales y en algunos medios de comunicación, las quejas de los usuarios por el pésimo servicio son constantes, sin embargo, en las oficinas de Elsa Bracamonte nadie atiende y menos responde a las denuncias públicas, incluso la secretaria bloquea en sus redes a quienes le exigen que actúe y cumpla con su trabajo.

Los reportes más constantes son porque los conductores van a exceso de velocidad, manejan y van hablando por celular, se pasan los altos, ingieren bebidas alcohólicas mientras conducen e incluso van drogados, se hacen acompañar de otra persona que los distrae, juegan carreritas.

Llevan luces neón al interior, cristales polarizados, suben y bajan pasaje en lugares prohibidos, no respetan descuentos a estudiantes, no suben a discapacitados, dan mal trato al pasajero, viajan con sobrecupo, los operadores no usan cubrebocas.
Ante todas estas irregularidades que a diario cometen los prestadores del servicio, no hay una respuesta de la parte de autoridad. Sólo un silencio cómplice de la SMT y su titular Elsa Bracamonte.

Conductores, víctimas del sistema hombre-camión
En su defensa, los conductores del transporte público exponen las condiciones inhumanas bajo las cuales trabajan, tienen la presión de entregar determinada cuenta al día, por eso pelean el pasaje, por ello deben correr, explican.
Carecen de un empleo formal, no les garantizan prestaciones como seguro médico, vivienda, entre otras, sufren explotación de parte de concesionarios al trabajar jornadas de más de 12 horas.
No cuentan con un sueldo base, trabajan por cuotas, por lo que muchas veces deben alimentarse mientras manejan, para no perder tiempo e incluso a veces deben poner de su bolsa para alguna refacción que necesite la unidad, las cuales siempre se encuentran en mal estado.

Al seguir los concesionarios un modelo de hombre-camión y no un sistema de empresa, somete a los conductores a estas condiciones laborales, que favorece en mucho a los dueños y descuida los derechos de los operadores, quienes finalmente dan la cara y prestan el servicio en las condiciones que les indican sus patrones.
Transporte público y el “acarreo” electoral
Lo que en su momento condenó como partido político, Morena hoy lo hace desde el poder sin el menor recato: el uso del transporte público con fines políticos y electorales.
Durante el proceso de elección de delegados que vivió el Movimiento de Regeneración Nacional este fin de semana, quedó en evidencia la práctica del “acarreo” que tanto criticaron al viejo PRI.
En todo el estado se replicó el esquema de “facilitar” el traslado de los ciudadanos de sus lugares de origen a los centros de votación, utilizando desde el poder a los concesionarios del transporte público.

Es evidente que no les van a exigir que cumplan la ley, porque les deben muchos favores. Ayer quedó demostrado con la cínica operación de “acarreo” que llevaron a cabo desde el partido en el poder.
Los ciudadanos seguirán esperando la prometida modernización del transporte público, mientras tanto deben utilizar un servicio inseguro, caro y peligroso, que amenaza sus vidas. @DiarioReporter