Por Jesús Ramos
Que su gente acapare los guajolotes que en molito poblano deban de preparar, que adquieran los medicamentos que se requerirán y que se surtan de tecitos varios porque el Señor hará fuertes corajes en octubre cuando se entere que Nacho Mier inició giras por el interior del estado.
Juran que será a rajatabla. Con todo. Como si fueran él y su gente a recibir herencia. Acelerador a fondo, entendidos que Armenta les lleva muchísima ventaja y el objetivo es alcanzarle.
Ni se necesita decir con qué fin. Es para eso. Que le conozcan, que sepan quién es Nacho porque hoy es un perfecto desconocido. Y él lo sabe, claro que sabe que su debilidad está en sus bajísimos niveles de conocimiento.
Si bien se encuentra en el ánimo de López Obrador, luce bastante alejado de los electores que con el voto hacen ganar o perder proyectos políticos de toda talla y categoría en los comicios constitucionales.
“Ayúdate que yo te ayudaré”, acuñaron los griegos para dar a entender que los mortales no deben dejarle todo el trabajo a los dioses. Así Nacho, no puede dejarle todo el paquete al Mesías, es obligación suya ayudarse.
Nuestros políticos son más mañosos que un cura, blasfemaba don Corleone apropósito de los artilugios de que echan mano los clérigos en el afán de convencer a sus rebaños. Y las giras de Nacho, tendrán el pretexto de la Reforma Electoral.
Así se las gastan para darle la vuelta a la Ley. Sinvergüenzas todos sin excepción. Ingeniosos compulsivos para violarla. Pregonan apego irrestricto a las leyes e instituciones, pura farsa. De ese molde son los gobernantes de los tres niveles: federal, estatal y municipal.
A partir de octubre se recrudecerán los corajes del Señor. Y también se lo tundirá sabroso. Sin embargo, se antoja difícil que el revoltijo de furia y fregadazos le quiten a Nacho de la cabeza las ganas de gobernar Puebla.
En sus giras encontrará tierra fértil para hacer proselitismo disfrazado. Fallaron las corcholatas del Señor, les faltó inteligencia y viveza, flojonazas todas. Si hubiesen hecho buen trabajo difícil se la habrían puesto y en vez de muinas su jefe estallaría en carcajadas.
Céspedes, Melitón y las Olivias salieron veloces del partidero a la gubernatura, pero se cansaron a los 20 metros, su condición fue pésima, triste espectáculo el suyo, del desmayo no se han podido levantar, siguen tirados en calidad de bultos.
Armenta es caso excepcional entre los políticos poblanos contemporáneos que lleva lustros recorriendo el estado sin doblarse por cansancio, hete ahí la razón de sus altos niveles de conocimiento, mayores incluso a los de Señor y el resto. @DiarioReporter