Por Carlos Clemente
Los tehuacanenses están a punto de cerrar un ciclo de gobiernos municipales incapaces y corruptos.
La población del que fuera el segundo municipio en importancia económica en la entidad, está por cumplir dos décadas de administraciones incapaces de estar a la altura de las exigencias ciudadanas más básicas.
Por el edificio de Rayón número 7, han pasado presidentes (as) azules, tricolores, morenos y lilas; cada uno con peor resultado que el anterior.
Quizás se trate de algún maleficio de los antepasados iniciadores del cultivo del maíz sobre las nuevas generaciones, pero algo ocurre que la voluntad del pueblo ejercida en las urnas, nomás no se traduce en resultados.
La sociedad vive un hartazgo comprensible y manifiesto en todos los sectores.
Los mandatarios locales en las últimas dos décadas, desde el tristemente célebre Álvaro Alatriste, pasando por el “Pollo” Francisco Díaz, el “Profe” Alejo, el gris Eliseo Lezama, la impresentable Ernestina Fernández (esposa de Alvarito), Felipe Patjane preso por corrupto, y Andrés Artemio Caballero, simplemente fueron incompetentes para la responsabilidad que el pueblo les otorgó.
Todos ellos acabaron en escándalos de corrupción, nepotismo, rebasados por los problemas de inseguridad y sin capacidad administrativa para resolver los rubros más elementales, los servicios públicos.
Cansados de prian, los electores optaron por Morena y llevaron a Felipe Patjane a la alcaldía, sin imaginar que un año le bastaría para desviar 120 millones de pesos del erario. Eso de “no mentir, no robar y no traicionar”, no era lo suyo. Sigue en prisión acusado de malversar nada más 120 millones de pesos.
Los malos gobiernos para Tehuacán no acabarían, Artemio Caballero lo sustituyó en el cargo y logró lo que nadie, fue el peor evaluado entre cien presidentes municipales del país, según estudio de Mitofsky.
Sin un plan de gobierno, sin estrategia ni capacidad para el cargo, a días de abandonar la alcaldía, en su primer círculo ha confesado que fue un error buscar la reelección, ante los malos resultados admite con cinismo “hice lo que pude”, que en realidad fue nada.
De acuerdo al último censo del Inegi, Tehuacán tiene más de 327 mil habitantes, su población creció 19.1% en los últimos 10 años, ello explica los profundos rezagos en servicios, infraestructura, movilidad, desarrollo económico, acceso a seguridad social, seguridad alimentaria y educación de calidad.
En el primer trimestre de este año, la PEA (Población Económicamente Activa) fue de 57.8% y una tasa de desocupación del 3.46%; la población ocupada se concentra en la actividad informal con 72.5% y en la formal apenas el 27.5%.
Aún con el mal sabor de boca que dejó el primer gobierno morenista, los tehuacanenses refrendaron su confianza en la “cuatroté” y se inclinaron por Pedro Tepole. “Es buena persona”, dicen sus cercanos.
Tehuacán no es Nicolás Bravo, municipio de donde Tepole es originario y del que ya fue presidente municipal con más pena que gloria.
El nuevo alcalde enfrenta el mayor de los retos, revertir el rezago social y económico en que se encuentra sumergido el municipio y cuya población está harta de que improvisados e incapaces ocupen la silla principal del Cabildo.
Espero con franqueza que Tepole recuerde que cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Excelente reportaje, desde Tehuacán cuna de políticos corruptos eh ineptos, y uno que otro colado. 😁