*La promesa del Ejecutivo fue más vigilancia y seguridad, pero los crímenes contra jóvenes continúan.
*Fue el asesinato de tres universitarios en Huejotzingo el más mediático, sin embargo, los criminales han matado otros 17 más.
*El gobierno estatal apuesta al olvido tanto de los universitarios como de los rectores de la BUAP, UPAEP y de otras casas de estudio.
Por Redacción
Veinte estudiantes han sido asesinados en la administración de Luis Miguel Barbosa y aunque la tragedia más mediática fue el triple homicidio de los universitarios de la BUAP, UPAEP y el chofer del Uber, perpetrados en el municipio de Huejotzingo, otros 17 también fueron privados de la vida por criminales.
El 24 de febrero se cumplirán dos años de los homicidios de los estudiantes de medicina Ximena y José Antonio de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y de Francisco Javier de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
La presunta banda que cometió la infamia en el municipio de Huejotzingo la integraban Pablo “N”, Ángel “N”, Lisseth “N” y Felipe “N”, este último escapo de prisión en junio pasado pero fue recapturado, sin que a la fecha les hayan dictado sentencia condenatoria.
Incluso la Fiscalía General del Estado tiene serias dudas de que el último de ellos sea integrante de dicho grupo, mismo que habría asesinado al conductor del Uber José Manuel que era quien los trasladaba de ese municipio a la ciudad de Puebla.
En agosto del año pasado, en ceremonia emotiva de graduación, la BUAP entregó a Cristina, madre de Francisco Javier, el título de médico post mortem, ella dijo sentirse desilusionada por el estancamiento del proceso legal y porque a pesar de estar plenamente identificados los presuntos autores del múltiple crimen no han sido sentenciados.
La impunidad ha sido la constante en la mayoría de los casos, la apuesta de la administración estatal está en el olvido de familiares y de la población, mientras más casos se siguen acumulando conforme el mandato de Miguel Barbosa avanza en tiempo.
A pesar de que, ante la presión de las manifestaciones de miles de estudiantes, el mandatario estatal se aventuró a anunciar la creación de la Fiscalía Especializada en Delitos contra Universitarios, esta iniciativa nunca fue concretada.
El Ejecutivo esgrimió en la mesa de diálogo que los universitarios descartaron la propuesta, por lo tanto, nunca se concretó dicha iniciativa, pese a anunciarla como parte de los acuerdos alcanzados en las mesas de negociación.
Con Fiscalía especializada o sin ella, la realidad es que los asesinatos contra estudiantes siguen ocurriendo en toda la geografía del estado de Puebla.
Ingrid Aremis estudiaba Psicología en la BUAP, la habría asesinado Ricardo Iker “N”, su sentencia sigue en vilo.
Armando estudiaba en la Universidad Tecnológica de Tehuacán, lo privaron de la libertad y apareció decapitado entre Altepexi y Chilac. El caso sigue sin resolverse.
Eduardo Adrián cursaba el séptimo semestre de la licenciatura en turismo alternativo en la Universidad Intercultural del Estado de Puebla del municipio de Huehuetla cuando le privaron de la vida.
Alejandro Trejo era estudiante de la carrera de ciencias de la comunicación de la BUAP, le asesinaron de un balazo en la cabeza para quitarle el automóvil en la colonia Resurgimiento, no hubo detenidos.
Alejandro cursaba sus estudios en la Universidad Politécnica Hispano Mexicana, fue un intento de asalto en la esquina de la 9 sur y 53 poniente en Prados Agua Azul, le mataron.
Hiram estudiaba enfermería, por quitarle el celular y los audífonos, los criminales le golpearon la cabeza, ni la policía ni emergencias lo auxiliaron, amigos y familiares le llevaron al hospital con recursos propios, pero murió.
Cristopher cursaba sus estudios de odontología en la BUAP, vendía tacos con su papá cuando les asaltaron y le privaron de la vida, nada se ha resuelto desde junio del 2020.
Aldo apenas tenía 18 años, estudiaba en la prepa Emiliano Zapata de la BUAP, le apuñalaron para quitarle el celular en la colonia Volcanes, de los cuatro implicados, uno no pudo ser detenido.
Juan Carlos trabajaba para pagar su título profesional de licenciado en psicología cuando le atropelló Yamil “N” en su lujoso automóvil Mercedes Benz, después de la tragedia su familia fue intimidada y amenazada para que se desistieran de la denuncia.
Ingrid Aremis cursaba la carrera de psicología en la BUAP, la asesinaron al interior de su departamento en San Andrés Cholula.
Rosario Luis estudiaba la licenciatura en enfermería en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, murió apuñalada en abril del año pasado.
Claudia fue asesinada por un grupo armado, ella quería ser profesional de la nutrición por la Universidad del Valle de México campus Puebla.
Iris y Mónica eran estudiantes de la normal de Teteles, murieron en mayo del 2021, sus compañeras siguen exigiendo justicia y mejores condiciones para su casa de estudios.
Juan Carlos fue detenido por policías del municipio de Xoxtla, dentro de los separos falleció por traumatismo craneoencefálico, estudiaba artes plásticas en la BUAP.
Suri era estudiante del CBTIS de Tehuacán, la privaron de su libertad y su cuerpo fue encontrado en San Diego Chalma, compañeros, familiares y amigos marcharon exigiendo justicia.
Adrián Salas cursaba la licenciatura en filosofía y letras por la BUAP, él fue secuestrado junto con una amiga y un amigo, los golpearon y apuñalaron por el rumbo de Cuautinchan, pero a sus compañeros los dieron por muertos.
El gran pendiente de este gobierno, la promesa que no puede cumplir es finalizar la violencia criminal contra los estudiantes de todos los niveles de enseñanza.
En el clímax de las manifestaciones estudiantiles de marzo del 2020 por el triple homicidio de los universitarios de Huejotzingo, con todas las universidades de Puebla unidas y exigiendo justicia, llegó a nuestro país la pandemia del covid-19, misma que salvó al gobierno barbosista de un movimiento estudiantil en su contra.
A pocos días del segundo aniversario luctuoso de la tragedia de Huejotzingo y sin la sentencia condenatoria contra los presuntos asesinos materiales de los tres universitarios de la UPAEP, BUAP y del conductor del Uber, queda en la boca de la sociedad poblana el amargo sabor de la impunidad y de un gobierno que apuesta al olvido de los estudiantes y sus rectores.@DiarioReporter