Por: Jesús Ramos
¿Compra la sociedad poblana una realidad inexistente de triunfos, logros y desarrollo detonados los últimos tres años? No lo creo. El gobierno estatal se esfuerza en vender esa ficción, pero no lo logrará porque su narrativa carece de evidencia tangible.
Hasta no ver no creer, solemos decir. Por naturaleza el mexicano es desconfiado y además confía muy poco en los políticos y gobernantes que muchos engaños le han propinado.
El poblano comprueba día con día que la inseguridad en el estado es obscena. Y lo observa en las ejecuciones, robos violentos, desapariciones forzadas, feminicidios, secuestros y masacres.
Nueve de cada diez personas, según el Inegi, percibe la inseguridad como grave y en el círculo social donde se mueve conoce cuando menos a una víctima de delitos. El discurso de la seguridad carece de resultados, difícil que lo compren así.
En el carrusel de medios que realiza Miguel Barbosa, a propósito de sus tres años de gobierno, escuche ayer en la radio su charla de logros en los centros de readaptación social del estado.
Complicado comprar esa narrativa cuando el caso del bebé Tadeo en el penal de San Miguel jamás se esclareció, cuando el comercio y la prostitución florecieron como nunca sus tres primeros años de gobierno en dicho cereso y cuando los presos de las cárceles poblanas gozan de privilegios.
Su discurso de competitividad resulta difícil digerirlo, cuando Puebla pasó en ese rubro del lugar 16 al 26, de acuerdo al IMCO, desde que es mandatario poblano, y a esa velocidad de reversa vamos volando al último puesto.
¿Puebla es competitiva cuando la mayoría de los egresados de las universidades se van a trabajar a otras entidades porque sus sueldos aquí oscilan entre los 6 y 8 mil pesos? La narrativa gubernamental triunfalista está desconectada de la realidad como puede verse. Es difícil creerla.
No se ve obra pública por ningún lado, infraestructura social visible. Con los de Puebla este gobierno se justifica que la obra se encuentra en el interior del estado. Y a los del interior del estado les dice que está en la capital. El asunto es que nadie la observa, ni los de allá ni los de acá, no es tangible.
Se reconoce el tremendo esfuerzo que realiza Barbosa y su prensa oficial por demostrar lo mucho que ha hecho por Puebla, sus avances y conquistas, pero el poblano no está comprando esa percepción.
Haga un ejercicio con las personas que conoce para corroborarlo. Pregúntele por los logros de este gobierno, sus resultados.
No es que sea pesimista, pero resultará complicado que logre vender esa realidad ficticia si no la acompaña de lo que la gente mira, huele y toca. Lo mejor que le podría suceder es que esta semana pase volando y se olvide lo más pronto posible. @DiarioReporter