Por Carlos Clemente
El diputado Sergio Salomón Céspedes Peregrina dejó que en tribuna fluyera desde lo más profundo de su corazón el priista que lleva dentro.
Recordó sus tiempos de revolucionario y de institucional para quedar bien con ya saben quién.
Desempolvó su vieja libreta de fases domingueras y apantalladoras para dirigirse a sus correligionarios.
Ante la crisis por la que atraviesa el gobierno del estado por el bebé hallado en un contenedor de basura dentro del penal de San Miguel y la creciente presión social a nivel nacional para esclarecer los hechos, se lució con su llamado a la “mesura”.
Las frases “vamos a llegar a la verdad”, “sin duda llegaremos al fondo”, “estamos a favor de la verdad”, “queremos que le vaya bien a Puebla”, entre otras, en política indican exactamente todo lo contrario.
El diputado presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación política del Congreso local, Sergio Céspedes, olvida que no puede haber mesura en la exigencia de justicia cuando a 21 días de los acontecimientos, se desconoce la verdad de los hechos.
Este lamentable acontecimiento vino a desnudar la corrupción imperante en el sistema penitenciario que el gobierno estatal ha sido incapaz de corregir cuando ha transcurrido la mitad de su administración.
Se equivoca el legislador morenista, pues evidentemente un grave tema de violación de derechos humanos no puede ni debe minimizarse.
Aún más, el efecto negativo en la percepción social a nivel nacional es demoledor para la entidad.
Los días transcurren y las investigaciones no dan resultados. Por el contrario, cada vez sale a la luz más información que pone en evidencia la realidad de los centros penitenciarios.
Es claro que la Fiscalía General del Estado no tiene resuelto el caso y entre más tiempo transcurra menos credibilidad tendrá su versión de los hechos.
Más que mesura, el llamado del líder de los diputados que no mienten, no roban y no traicionan, debió ser para el Ejecutivo a fin de que resuelva un tema que se le ha ido de las manos. @DiarioReporter