Por: Jesús Ramos
Eduardo Rivera gastó mal el bono democrático en el primer semestre de su trienio, le quedan cinco de los seis que tuvo por delante, y si no corrige rápido extenderá el error por un año.
Fue arrogante y soberbio con sus compañeros panistas, razón de peso para que lo dejaran solo en sus crisis políticas y mediáticas recientes.
La sencillez debió haber sido su motor de arranque, en vez de eso, rechazó en todo momento dialogar y cabildear malos entendidos con las figuras del PAN, acercarse a sus viejas amistades, curar heridas del pasado e iniciar relaciones nuevas.
El resultado es visible, ni diputados locales ni federales le defendieron del embate del gobernador por la concesión de 10 años de la publicidad en parabuses y puentes de la angelópolis, proyecto al que sigue aferrado.
Y tampoco le echaron el hombro en su intentona de cobro del alumbrado público.
Cero cabildeo con el panismo, bloqueó por completo a su familia política, les cerró su agenda personal e institucional, creyó que por contar con Barbosa podía prescindir de los suyos.
La experiencia reciente debió enseñarle que su aliado se comporta conforme a humores y estados de ánimo, si amanece de malas se mostrará prepotente y arbitrario con él, si despierta de buenas será respetuoso de su ayuntamiento.
Personajes de buena talla del PAN revelan que desde inicios de su administración Eduardo Rivera ha evitado sostener conversaciones con ellos y la líder estatal Augusta Díaz de Rivera de plano se ha declarado incompetente para enlazarlos con el alcalde y establecer acuerdos en su nombre.
Al líder de los legisladores panistas Eduardo Alcántara le ocurre lo mismo que a Augusta, perdió respeto y autoridad a causa del alcalde soberbio, crecido y arrogante con el que juega el proyecto del 2024.
Este día Rivera Pérez programó una comida con los parlamentarios locales del PAN, quiere explicarles su propósito de concesionar la publicidad por 10 años, será el primer encuentro después de seis largos meses de arribar a la alcaldía, terrible falta de respeto si me apuran.
Si todo se limita a eso, volverá a mostrar soberbia y mezquindad, si cambia su conducta y refleja sencillez la corrección del rumbo hacia el futuro habrá iniciado y los resultados de su gobierno municipal en lo político y administrativo mejorarán sustancialmente.
Se subió a un ladrillo y se mareó. Fue su caso, pero también fue erróneo el cálculo de pensar que por tener al Ejecutivo de su lado no necesitaba al panismo estatal y a sus referentes. Es extraño que esas cosas pasen a quienes ya fueron ediles, pero miren que sí. Aprender a la mala es masoquismo y Lalo Rivera igual ya aprendió (supongo) que sin panistas que le defiendan estará a merced del villano favorito de la comarca. @DiarioReporter