Por Jesús Ramos
Un cable se ha desconectado en la relación de Javier Aquino con mi General del Ejército de Oriente, no es de apenas, hace varias semanas que se perdió el amor, quedó apenas la apariencia de brasas encendidas.
No hay riesgo que le separen del cargo, seguirá en su dependencia sin cercanía ni parecer, floreciendo en el florero, cobrando quincenas con sonrisas incluidas de fotografías para la prensa, mientras Dios sepa lo qué ocurrirá.
Años tienen de conocerse mi General y él, cierto es, de pastar sus caballos en arroyos, ríos y riachuelos juntos, pero Javier esta vez algo hizo que pudieran perdonarle o no en meses venideros. (Ojalá sí)
Aquino no es mal tipo, de hecho, más de la mitad de sus jornadas laborales las pasa pelando la mazorca, arma secreta suya que dispara desde la estrategia más que desde el afecto.
Es astuto, sí que lo es, tampoco es que sea tan mal secretario en los cargos que desempeña, ciertamente fue un pésimo secretario de Gobernación, sin embargo, algunos creemos que puede hacerlo mejor en Bienestar, donde tampoco ha demostrado su valía, pero en cualquier momento lo hará, aunque carezca del cariño de mi General. @DiarioReporter