Por: Jesús Ramos
El único enlace que Barbosa tenía en la administración de López Obrador lo perdió con la boda de Guatemala. Puebla es de los damnificados por la separación fulminante de Santiago Nieto de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Era una especie de picaporte. Un ente de confianza dentro de las cuatro paredes de Palacio Nacional y su salida fue un uppercut para este gobierno con implicaciones graves que todavía desconocemos.
Cara le salió la boda a Nieto y a Carla Humphrey, pero también al gobernador poblano por quedarse sin interlocutor de buena voluntad a los oídos del Presidente de la República.
Santiago fue asesor de Barbosa en la Cámara de Senadores. Trabajó para él. Le llamaba “señor” en sus pláticas en corto por el respeto que le tenía. Había entre ellos amistad de la buena y buena química.
En los ayeres de 2018, cuando AMLO aún tenía confianza a Barbosa, armaba su cuadro titular de gabinete. A Santiago lo puso en la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos Electorales, sin embargo, la sugerencia del poblano fue que su desempeño sería mejor en la UIF, y así llegó al cargo.
Al caer en el bache de la desconfianza la relación del Presidente y el Gobernador, Santiago jugó el rol de ángel de la guarda para Barbosa en aquellos días que AMLO explotaba contra él y sus humores para gobernar.
Como el Moisés de los hebreos, amainaba tempestades y momentos aciagos. Era oportuno en sus intervenciones, metía paz en los episodios de guerra. Por eso, la salida de Santiago pesará tarde que temprano en La Marranera.
Sin él en el gabinete las cosas se complicarán en muchos sentidos para Puebla, sobre todo en lo político, que era donde mejor le funcionaba Santiago a este Gobierno.
Nieto fue pieza de asesoría para Barbosa en la campaña de 2018. Fue operativo con López Obrador, pero se dio su tiempo para sugerir cosas en aquella Morena que alguna vez controló el mandatario a través de Biestro.
Por razones de formación radical y de confianza, Pablo Gómez servirá al Presidente por entero. Y ninguna esperanza existe, que cubra con su manto protector al poblano y su Gobierno como lo hizo Santiago.
Relación institucional entre el nuevo titular de la UIF y los gobernadores del país la habrá. La cooperación de su dependencia con los mandatarios será crucial en los casos de corrupción, sin embargo, servirá al Presidente antes que a otro.
Santiago mantuvo a buen resguardo carpetas de investigación financiera de casos de enriquecimiento inexplicable de poblanos ilustres, compras de propiedades con recursos financieros sacados de la chistera, Pablo Gómez podría darnos la sorpresa. @DiarioReport