Por Daniel Hernández
La Secretaría de Seguridad Ciudadana llevaba varios años con relativa tranquilidad, pese algunas quejas contra mandos, la ventaja salarial en comparación a otras corporaciones, las prestaciones y condiciones laborales mantenía el orden que en estos momentos se tambalea, todo por las malas decisiones y peores tratos de una tercia de ex funcionarios de la Fiscalía, encabezada por el titular, Fernando Rosales Solís, el Subsecretario de Operatividad Policial, Gustavo Alonso González Zapata y la Subsecretaría de Desarrollo Institucional, Silvia Pilar Álvarez Hernández.
A 15 días de la administración del alcalde Pepe Chedraui, entre los elementos de la Policía Municipal ya circulan mensajes en los que se están tratando de organizar para un paro de labores principalmente por tres razones, la primera y la más importante, se metieron con el dinero de los elementos.
Los elementos denunciaron que esta quincena les llegó un recorte de 2 mil pesos en su salario que obtuvieron a través de la carrera policial y el Certificado Único Policial y que de buenas a primeras se los recortaron.
El personal administrativo tiene que desembolsar recursos para comprar trajes, pues al secretario Rosales Solís le gusta que su personal anda elegante, aunque su salario no les de para comprar ese tipo de vestimenta, no atrapan ni una mosca, pero eso sí, se ven muy guapos.
Policías y personal administrativo son sometidos a jornadas laborales de más de 12 horas, aunque el servicio no lo requiera, ellos creen que la intención es cansarlos hasta que se den de baja y esas posiciones entregarlas a gente cercana a los nuevos mandos.
Quien le hacía el trabajo de inteligencia en la Fiscalía de Secuestro a Rosales Solís, era Gustavo Alonso González Zapata, si algo sabe hacer, es espiar teléfonos, así que en el ayuntamiento de Puebla deben andarse con cuidado porque si miran feo a cualquiera de esta tercia podrían estar en la mira.
Como lo hizo en su breve paso por la Secretaría de Seguridad Pública, González Zapata, las ínfulas de grandeza lo lleva, igual que a su jefe, a tratar con prepotencia y desprecio al personal operativo del que desconoce funciones.
No es lo mismo tratar con grupos pequeños que con más de mil elementos en una de las ciudades más grandes del país y la inexperiencia está apunto de generar una crisis en la corporación como no se veía hace varios años.
Rosales Solís es recordado en la Fiscalía General del Estado como un hombre soberbio que se sentía superior a sus compañeros, aunque tuvieran el mismo nivel jerárquico, incluso a los elementos a su cargo les prohibía hablar con los agentes de otras áreas de la misma dependencia.
Sin duda es un riesgo, como trabajará en coordinación con otros mandos municipales si no los ve a su altura, si no permite compartir información y operar en conjunto, el gobernador electo, Alejandro Armenta y el alcalde Pepe Chedraui deben estar atentos a que se pueda trabajar en equipo por el bien de la capital.
Por cierto
Ayer Rosales Solís dio una muestra de que las cosas no le están saliendo bien, que le hacen falta tablas para atajar preguntas incomodas y prefirió salir corriendo al ver a reporteros que pretendían entrevistarlo.
Ver a un secretario sin temple que no logró manejar de forma adecuada una situación a la que se tendrá que enfrentar por tres años, aunque ahora dudo que llegue a ese plazo, no es una buena señal. @DiarioReporter