Por: Jesús Ramos
Está descompuesto el estado, es inocultable. Las autoridades han sido rebasadas por entero en materia de seguridad y lo estamos viendo en las ejecuciones colectivas que ocurren con frecuencia.
El martes fue Atlixco con 10 víctimas en un domicilio, pero antes, ya habían ocurrido asesinatos de esas características en Ciudad Serdán, Tehuacán, Puebla, Yehualtepec y en otros municipios.
No hace mucho hablamos del Ejecutómetro, esa unidad de medida de homicidios dolosos creada por el doctor en ciencias penales Mauricio Saldaña, y anticipamos que la velocidad de arranque de este año en número de ejecutados resultaba sorprendente, escalofriante.
El fenómeno criminal ya se disparó, lo estamos viendo. Apenas llevamos dos meses y días y hemos rebasado más de la mitad de las 420 ejecuciones que Puebla tuvo en el 2021.
Los detalles de lo ocurrido en Atlixco tendría que proporcionarlos puntualmente el gobierno estatal, sin embargo, por el desafortunado avance que dio ayer el mandatario nos hace pensar que reciclará la misma narrativa de las ejecuciones colectivas anteriores.
Fue un ajuste de cuentas entre bandas del crimen organizado. Eran personas que se dedicaban a distribuir droga. Ni siquiera eran poblanos, eran delincuentes. En ese sentido toda explicación resulta desafortunada.
Cuando un gobierno resuelve los crímenes por ajuste de cuentas significa que carecen de la información necesaria o, bien, que tomaron la decisión de no investigar para no rascarle más al asunto.
En San José de Gracia Michoacán se habló de 10 fusilados el pasado 27 de febrero, hoy elevan el número a 11, en Atlixco fue algo muy parecido sólo que dentro de un departamento mataron a 10.
El pueblo mágico de Atlixco fue ayer noticia internacional, el periódico El País incluyó el multihomicidio en su contenido y los nacionales también agregaron la nota. Estas cosas resultan imposibles de ocultar.
En Puebla se censura lo sustancial y se minimizan los sucesos criminales como este, pero ocultar diez cadáveres así nomás porque sí no hay manera.
Debe molestar al gobierno estatal decirle que ya fue rebasado por la inseguridad. Pero por el número de ejecuciones que arroja el Ejecutómetro, los asaltos, robos, secuestros, feminicidios, desaparecidos y lo relacionado con el huachicoleo está claro que los poblanos estamos a nuestra suerte.
Minimizar el clima de ingobernabilidad e inseguridad es mala decisión por parte del Ejecutivo, lo que tendría que hacer, y desde principio de año se lo insistimos, es corregir la estrategia de seguridad por ser errada.
Hoy jueves Barbosa podría hablarnos de la banda de Los Rojos, de un grupo de criminales que opera en Chipilo y de algún otro añadido. Eso en nada cambia las cosas, ejecutaron a diez personas dentro de un departamento en el estado de Puebla. @DiarioReporter