*La federación le quitó la operación de la consulta al gobierno de Puebla.
*Fueron montadas cuatro estrategias, tres lideradas por Bienestar Federal y Gobernación Federal y una por el gobierno poblano.
*La reunión de AMLO con Barbosa en Casa Aguayo, fue para presentar a Carlos Torres y Uriel Figueroa como los grandes estrategas del gobierno federal para rescatar a Puebla de la debacle.
*Se instalaron en el estado de Puebla “Seis Centros de Impulso” de la votación.
Por: Jesús Ramos
Ayer pegamos una estrellita en la frente de Barbosa por los maravillosos resultados que Puebla le dio a López Obrador en la consulta revocatoria, sin embargo, hoy se la vamos a quitar y explicaremos por qué.
No me parece justo que el gobernador haga caravana con sombrero ajeno. No, porque el mérito de los 840 mil votos que respaldaron la permanencia del Presidente en nuestro estado fue producto de cuatro operaciones electorales distintas, tres desde el rango federal.
Cada una de ellas con estrategias diferentes y tareas específicas, aunque con la misma misión de sumarle sufragios a AMLO.
Si la responsabilidad por entero la hubieran dejado a Barbosa y su gente no habrían alcanzado ni los 300 mil sufragios. Pero como la federación asumió la parte operativa, el resultado ya lo conocemos, fue un éxito nacional, aunque traten de demeritarlo.
Alcaldes del PRI, PAN, PRD, Morena y demás partidos políticos acarrearon votantes por acuerdos del gobernador con sus líderes estatales, aunque de no haber intervenido el aparato federal se habrían quedado cortos en el objetivo pues muchos de esos ediles simularon.
La primera estrategia fue desplegada por la Delegación de Bienestar bajo las órdenes de Uriel Figueroa, responsable de movilizar a los beneficiarios de los programas de adultos mayores.
Ahí está la explicación de por qué los votantes de la tercera edad fueron los que abarrotaron las casillas y se les vio formados en largas filas, no así al elector joven.
La segunda estrategia fue realizada por Luis Norberto Vázquez, secretario de jóvenes de Morena y gente de Aristóteles Belmont, quien con 400 chavos previamente contratados habrían cruzado miles de boletas coincidentes con las listas de beneficiarios de los programas de Bienestar en “Seis Centros de Impulso” instalados en las sierras norte y nororiental, sierra negra, Tehuacán y mixteca poblana.
Una tercera estrategia fue ejecutada por la Secretaría de Gobernación Federal y Bienestar Federal con Carlos Torres, el exsecretario técnico de AMLO y hoy titular de los Programas Integrales para el Desarrollo, él fue el responsable de comandar un ejército de exdiputados y políticos vinculados a Ignacio Mier y cercanos a Aristóteles que se habrían encargado de embarazar urnas en el interior del estado.
Nos adelantan que muchos de ellos asumirán delegaciones federales en meses venideros o les serán asignadas carteras en la Ciudad de México, así es como conoceremos a los alquimistas de tierra.
Y la cuarta estrategia corrió a cargo de Barbosa, Eric Cotoñeto, Julio Huerta, Agustín Guerrero y Jorge Mota, limitándose sólo a la labor de acarreo acorde a las listas de electores previamente entregadas por Cotoñeto a Carlos Torres y que en número apenas consideraba, previo al ejercicio revocatorio, 250 mil personas entre Puebla capital, algunos municipios de la sierra norte y Tehuacán.
Ahora sabemos que, en la reunión de López Obrador y Barbosa en Casa Aguayo, del 26 de marzo, no evaluaron los programas federales, como se dijo, sino el montaje de las estrategias para la consulta revocatoria en Puebla que quedaría bajo la responsabilidad de Carlos Torres y de Uriel Figueroa como concentrador y generador de información para el Presidente en el caso Puebla.
Ellos fungieron de enlaces con Palacio Nacional. No confiaron el liderazgo de la consulta de revocación de mandato al gobernante poblano.
Que ganara López Obrador nuestro estado jamás fue duda, la duda era el número de votos que le ofrendarían al Ejecutivo federal en la consulta del domingo ya que las listas entregadas por Cotoñeto a Carlos Torres anticipaban la debacle si no intervenía la federación.
Incluso también se supo de la sorpresa que se llevaron Barbosa y su gente conforme fueron enterándose del alto porcentaje de participación y los 840 mil votos favorables a la continuidad del Presidente, cuando las estimaciones máximas rondaban los 400 mil sufragios si dejaban en sus manos la operación.
En mi columna de ayer comentaba del enorme bono político que se acreditaba Barbosa con el resultado del domingo, incluso, para influir de una u otra manera en el proceso de sucesión del 2024, hoy pienso distinto, digamos que quedó con AMLO como estaba antes de la consulta.
Dije en esa entrega que se erigía como gran operador político confiable para el Presidente y que no tendríamos que restarle ese mérito, la conclusión ya no viene al caso.
Un alto número de funcionarios de casilla de los distritos del interior, correspondientes a las sierras norte y nororiental, Tehuacán, sierra negra y mixteca poblana, así como representantes de partidos políticos fueron afines a Morena y a las delegaciones federales, también se supo, lo que facilitó el embarazo de urnas. @DiarioReporter