Por Carlos Clemente
Es increíble cómo los políticos pelean a sangre y fuego una postulación a cargo público y, cuando ganan, ya instalados en el poder nomás no dan una y terminan exhibiéndose como incapaces.
Algo grave ocurre en el gobierno de Tehuacán -el segundo municipio más relevante de Puebla- que su alcalde Alejandro Barroso Chávez nomás no atina una estrategia efectiva de control y combate a la delincuencia.
El crimen organizado y el no organizado tienen el control de las calles en aquella región. Lamentable.
Apenas el martes, en plena vía pública dos motosicarios asesinaron a balazos a “El Boris”, un narcomenudista que operaba en la región; la mañana de ayer en un patrón delictivo similar dos sujetos ejecutan a una mujer comerciante en la puerta de su domicilio.
El reclamo ciudadano es válido, Barroso peleó a morir con el impresentable Pedro Tepole para convertirse en presidente municipal. Sabía que la inseguridad es uno de los principales reclamos y prometió dar resultados.
Sin embargo, a cuatro meses su gobierno es un desastre, al menos en seguridad. Hoy por hoy, hay más delincuencia que deriva inevitablemente en una violencia insólita.
De diciembre de 2024 a enero de 2025 la incidencia delictiva en Tehuacán creció 26%; los homicidios dolosos en 500%, el robo a transportistas en 350% y la desaparición de personas se disparó en 300%, según cifras de la Fiscalía.
Delitos como el narcomenudeo repuntaron 111%, el robo de autos 28.6% y el robo a negocio creció 25%. Vaya cifras del alcalde morenista.
Algo deben hacer y pronto, Barroso Chávez y el responsable de la Seguridad, el capitán de Fragata Francisco Javier Negrete Orozco.
Recorrer las colonias con discursos chafas y cero resultados a 120 días de gobierno, ya chole doctor. De seguir así, ni turismo, ni desarrollo económico, ni infraestructura. La gente quiere resultados. @DiarioReporter