*Tampoco otorga estímulos al sector productivo.
*No apoya a las Mipymes poblanas, pero pagará un millón de dólares al cantante.
*Para el Teatro del Pueblo 50 millones de pesos, para respaldar la planta productiva y generar empleo nada.
Por: Alberto Pacheco
Mientras el gobierno del estado prefiere gastar un millón de dólares por Marc Anthony y otros 50 millones de pesos para todo el elenco artístico del Teatro del Pueblo, no invierte un centavo en financiación directa para proyectos de emprendedores poblanos ni estímulos para el sector productivo; opta por “pan y circo” en medio de una crisis económica con efectos letales.
La inflación en marzo siguió al alza, pasando del 7.28% en febrero a 7.45% en marzo, encima, el índice de precios al consumidor que es el que más refleja el golpe a la economía de los estratos medios y bajos, se incrementó, ubicando el aumento de la canasta básica en más del 12% de acuerdo al último reporte del INEGI.
Sin embargo, la firma de ciencia de datos DunnHumby, indicó que la percepción de los mexicanos, es que los productos alimenticios que consumen han tenido un aumento de entre el 25 y el 30%, lo que ha generado un cambio radical de los hábitos alimenticios y las decisiones de consumo.
De acuerdo a esta misma empresa, la gran mayoría de personas, han dejado de comprar lo que habitualmente compraban en cantidad y han reducido sus porciones individuales a fin de que alcance para toda la familia o, ahora, solo compra cuando tienen los recursos disponibles.
La mejor ayuda que podrían recibir las familias poblanas, en esta crisis económica mundial, sería que el gobierno ayudara a sobrevivir la planta productiva para asegurar el empleo.
Y es que mientras la inflación sigue en máximos históricos, el poder adquisitivo de la población se reduce considerablemente, pues los salarios se mantienen igual, lo que ha generado que algunos analistas prevean que, para fin de 2022, habrá otros 7 o hasta 8 millones de mexicanos que pasen de la clase media a la clase baja y que, en suma, serán alrededor de 14 o 15 millones de nuevos pobres creados entre 2020 y 2022.
La inflación además de acentuar la pobreza, genera diversos efectos en quien produce, ya que, ante el alza de los precios de los insumos, generalmente traslada el aumento de estos al precio final o se reduce la calidad de los mismos y en el peor de los casos, compensando las alzas con despidos o reducciones de salario a sus empleados y exigiéndoles mayor productividad (esclavitud moderna).
Por otra parte, el Banco de México ha venido aumentando la tasa de interés como medida de contención de la inflación, algo que, si bien puede paliar el aumento de precios de determinados productos, por otra parte, se carga el crecimiento económico, ya que la mayoría de MiPymes que en época de crisis financian sus operaciones y crecimiento con crédito, dejan de hacerlo y, en consecuencia, la metástasis de la productividad se agudiza radicalmente.
En Puebla la situación se torna aún peor, teniendo en cuenta que somos la segunda entidad con los salarios más precarios de México y tanto la entidad como la capital son poco competitivas y con una muy baja complejidad económica y no se hace absolutamente nada por ayudar al sector productivo (MiPyMes).
Tanto el gobierno del estado como los municipios, navegan ajenos a dicha problemática, porque sencillamente no hay política económica local y para muestra un botón.
Hoy el gobierno del Estado destina más de un millón de dólares (precio mínimo por presentación) para cubrir los honorarios del cantante Marc Anthony, más la onerosa cantidad que desembolsará para cubrir los honorarios de todos los demás artistas que actuarán en “El teatro del pueblo” de la Feria de Puebla, lo cual representa un gasto de más de 50 millones de pesos.
En contraparte, no hay un solo centavo de financiación directa para proyectos de emprendedores poblanos, ni muchos menos, estímulos para el sector productivo, porque en efecto, los funcionarios que tenemos, no solo no entienden las bases de la crisis por la que atravesamos, sino que tampoco entienden los efectos aún más terribles que se avecinan y por supuesto, no proponen ningún tipo de acción efectiva.
Por el lado de los municipios basta con ver al ayuntamiento de Puebla que desde hace unos meses entregó sin licitación de por medio, contratos por más de 40 millones de pesos a los empresarios de siempre, mientras que para emprendedores, se saca de la manga una pretenciosa pero ridícula campaña llamada INpulso Joven, que de impulso no tiene nada y de joven, solo el rango de edad y es que, dicho programa, solo es una acción que busca ser popular antes que efectiva y que demuestra el profundo desconocimiento del ecosistema de innovación y emprendimiento de los jóvenes poblanos.
Y hay que añadir por supuesto, el infame incremento en la nómina (porque a los cuates no se les puede dejar sin chamba) y en gastos como galletitas y café que ha hecho el ayuntamiento de Puebla de Eduardo Rivera desde que comenzó su administración.
Los gobiernos tanto estatal como municipales, tienen de primera mano, la capacidad y autonomía para definir políticas publicas focalizadas al desarrollo económico, que se salten las consecuencias y la trampa de las decisiones de política económica central.
Por ejemplo:
- Apoyo para la eficiencia y automatización de procesos para las MiPyMes y no solo sus mini kits de cursos y apoyos de 5 mil pesitos.
- Disminuir el subejercicio, ya que encima de que según no hay recursos, mucho del que se tiene, no se usa.
- Adelgazar la carga burocrática y reducir el gasto innecesario y trasladar esos recursos hacia la incentivación de la innovación.
- Apoyar a los empresarios a través de la compra pública innovadora y no solo para los cuates, porque la mayoría de emprendedores y MiPymes necesitan de más de un intento para lograr el éxito y el estado y municipios, les cierran las puertas de una manera ominosa.
En las crisis solo pierden las empresas y los trabajadores, los primeros porque pierden margen para invertir, crecer y generar empleo; y los segundos, porque se les reducen los servicios públicos y su poder adquisitivo; mientras que Miguel Barbosa paga cantidades millonarias para el Teatro del Pueblo y Lalo Rivera se luce, pero incrementando los gastos innecesarios y entregando contratos millonarios para los cuates.
Qué más da, si ellos controlan el dinero público y ahí jamás habrá bancarrota ni vacas flacas. @DiarioReporter