*Es la séptima peor entidad en oportunidades para las mujeres y está muy lejos de mejorar su calificación.
*Tienen 10 secretarías de estado, 2 senadurías, 21 diputaciones locales y 11 diputaciones federales, pero no generan oportunidades ni seguridad para las mujeres poblanas.
*La brecha en salarios para las mujeres respecto al hombre es muy amplia.
*Nacer mujer en Puebla es una franca desventaja en lo laboral y profesional.
Por: Alberto Pacheco
Pese al constante discurso oficial presuntuoso de la actual secretaria de Economía, Olivia Salomón, Puebla no solo no es competitiva, sino que cada vez es más precaria y, encima, a quienes más afecta dicha situación es a las mujeres.
En México, ya es de por sí un viacrucis sobrevivir seas hombre o mujer, sin embargo, para las mujeres es una loza aún más difícil de llevar y si te toca ser mujer en Puebla, la cosa se complica mucho más; independientemente de las condiciones de violencia a las que se enfrentan en el hogar o en sus distintas interacciones a nivel laboral y educativo, Puebla les ofrece poco más que miseria.
De acuerdo al más reciente estudio publicado por el IMCO “Estados con lupa de género”, Puebla es la séptima peor entidad respecto a las oportunidades dentro del mercado laboral para las mujeres.

Dicho estudio comprende tres pilares que evalúan las condiciones que enfrentan las mujeres a lo largo del desarrollo de su vida profesional y laboral.
1.- Entrada de las mujeres a la economía remunerada: Mide las barreras en la preparación, disponibilidad de tiempo y la oferta laboral que enfrentan las mujeres para entrar a la economía remunerada.
2.- Permanencia de las mujeres en la economía remunerada: Identifica las condiciones laborales y las políticas que favorecen la integración entre la vida y el trabajo que determinan si las mujeres se quedan o salen del mercado laboral.
3.- Crecimiento profesional de las mujeres: Mide la participación de las mujeres en puestos de liderazgo, así como su preparación profesional para colocarse en cargos relacionados con la toma de decisiones y el emprendimiento formal.
En el promedio general por Entidades, Puebla se ubicó en el penosísimo lugar 25 de 32 con una calificación de 32.6, lejísimos de los primeros lugares que promedian más de 60, estando entre las principales dificultades que enfrentan las mujeres en Puebla:
- Jornadas laborales mayores a 48 horas semanales, sin contar el trabajo no remunerado.
- Necesidad de trabajar sin encontrar una oportunidad de hacerlo de manera formal.
- Embarazos no deseados en adolescentes.
- Brecha salarial en empleos ya de por sí miserables.
- Un porcentaje bajísimo de mujeres con formación universitaria.
- Nula política pública desde el ámbito municipal.
Todas estas circunstancias, solo se encuentran con discursos maniqueos desde todas las trincheras del poder público, puesto que, aunque hoy tenemos a más mujeres que nunca en puestos relevantes de decisiones y liderazgo, tales como alcaldesas de municipios importantes y secretarias de Estado, la situación que enfrentan las mujeres no solo no mejora, sino que empeora.

Desde el gobierno del estado se impulsa la paridad de género, pero solo en la forma y no en el fondo.
De 17 integrantes del gabinete legal barbosista, 10 son mujeres y 7 hombres. Sin embargo, su acciones y desempeño público no son destacadas por el gobierno del estado.
Peor aún, las titulares de 10 secretarías simplemente no se caracterizan por el impulso de políticas públicas que contribuyan a disminuir la brecha de desigualdad que prevalece entre hombres y mujeres en la entidad.
Las integrantes del gabinete son: Ana Lucía Hill Mayoral, en la secretaría de Gobernación; María teresa Castro Corro, como secretaria de Planeación y Finanzas; Amanda Gómez Nava, como secretaria de la Función Pública; Olivia Salomón, secretaria de Economía; Marta Teresa Ornelas Guerrero, en la secretaría de Turismo; Ana Laura Altamirano Pérez, en Desarrollo Rural; Elsa María Bracamonte González, en la Movilidad y Transporte; Lizeth Sánchez García, en Bienestar; Beatriz Manrique Guevara, en Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial y la Secretaría de Igualdad Sustantiva, que se encuentra acéfala, pero que deberá ser una mujer quien la encabece.
En los órganos auxiliares Verónica Vélez Mácuil, en la coordinación general de Comunicación y Agenda Digital y Margarita León Espinosa, secretaria particular y jefa de Oficina del gobernador.

Desde el Congreso el Estado, de 41 legisladores, 21 son mujeres y 20 hombres.
Ellas son: Laura Ivonne Zapata Martínez, Norma Sirley Reyes Cabrera, Nancy Jiménez Morales, Karla Victoria Martínez Gallegos, Guadalupe Yamak Taja, Mónica Rodríguez Della Vecchia, Nora Yessica Merino Escamilla, Xel Arianna Hernández García, Mónica Silva Ruíz, Karla Rodríguez Palacios, María Ruth Zárate Domínguez, María Guadalupe Leal Rodríguez, Aurora Guadalupe Sierra Rodríguez, María Yolanda Gámez Mendoza, Azucena Rosas Tapia, Olga Lucía Romero Garci Crespo, Daniela Mier Bañuelos, Tonantzin Fernández Díaz, Eliana Angélica Cervantes González, Erika Patricia Valencia Ávila y María Isabel Merlo Talavera.
En lo que va de la LXI Legislatura local, en su calidad de representantes populares han quedado a deber iniciativas que favorezcan a las mujeres poblanas, potencialicen su crecimiento personal y profesional, defiendan sus derechos y favorezcan condiciones de igualdad económica y social respecto a los hombres.

Porque de nada sirve que sean mujeres las que encabezan tan importantes posiciones, si estas no tienen en primer lugar, las cualificaciones necesarias para generar entornos de oportunidad para las demás mujeres, y por supuesto, si encima de lo anterior, carecen de la sensibilidad suficiente para entender los contextos estructurales que generan la problemática y, en consecuencia, lograr soluciones de amplio alcance.
Lo peor de todo, es que ni siquiera tienen la mínima voluntad de que la situación de sus congéneres cambie, pues sus decisiones y acciones no obedecen a la mejora de las condiciones de la mujer, sino a las de sus propios intereses y los grupos de poder a los que pertenecen.
Es inútil que se siga promoviendo incluso de manera artificial la participación e inclusión de las mujeres en la vida pública, si al llegar ahí, solo empoderan a sus parientas, hijas o recomendadas, como el caso de Blanca Alcalá, que no solo se ha perpetuado en la política, cerrándole la puerta a muchas otras mujeres con trayectorias destacadas dentro de su propio partido, sino que le allana el camino a su propia hija (hay que recordar que igual cabildeó para que le cedieran posiciones a su hija Karina en su primer periodo como regidora en la capital) y hoy, la misma hija, repite en la capital como titular de una secretaría que, en esencia, debe promover el desarrollo de las mujeres.
O ¿acaso no hay más mujeres en el PRI que han hecho camino desde muy abajo, con disciplina, preparación y principios? Por supuesto que las hay, pero son boicoteadas por las mismas caciques que se quejan de los caciques solo cuando estos, son hombres y nos las benefician.
Y no es un caso particular del PRI, sino de todos los partidos y sus “lideresas” y de cada una de las mujeres que llegan a puestos de relevancia que sólo son sororas en redes sociales y para la foto, pero a partir de ahí y hacia la realidad, cambian totalmente.
Hoy tenemos a mujeres gobernando en municipios tan importantes como San Martín Texmelucan, Huejotzingo, San Pedro Cholula y recientemente acaban de ser gobernados también por mujeres San Andrés Cholula y Puebla Capital.
Siendo que, en todos ellos, hay o hubo sendos escándalos por violencia de género, acoso sexual, entre otros.
Incluso, en la actual administración del panista Eduardo Rivera y pese a los constantes mensajes oficiales, sus fotos de redes sociales para promoverse a favor de la mujer, por lo menos tiene un par de funcionarios que están demandados por violencia contra las mujeres y por supuesto casos como el de la actual directora del IMJuve quien, en conjunto con sus colaboradoras, no hacen más que violentar a otras mujeres por medio de la intimidación, acoso y amenazas para que renuncien a su trabajo o a las liquidaciones que por ley les corresponden.
Otro caso en la Secretaría de Igualdad Sustantiva del gobierno del Estado y pese a que es de nueva creación, no ha estado exenta de escándalos, pues a inicios de la actual administración Estatal, una activista feminista que se desempeñaba como subsecretaria de la dependencia, fue obligada a firmar una renuncia “voluntaria”, lo que generó múltiples especulaciones, sobre todo, de acoso laboral y boicots entre las funcionarias de la dependencia, que en teoría, deberían ante todo, ser generosas y “sororas” entre ellas mismas, a fin de trabajar por el bien de todas las mujeres del estado de Puebla.

Todo lo expuesto es una muestra de que cuando se actúa por consigna basada en ideología y poco o nada en la ciencia, el desastre es solo cuestión de tiempo, porque son las mismas mujeres las que replican las ortodoxias más anacrónicas contra las que las verdaderas feministas han luchado por muchos años y replican modelos que se enquistan en la estructura pública y privada, limitando y mermando la generación de oportunidades de todas aquellas mujeres a las que el entorno y la cultura machista las han rezagado.
Cambiará la situación, cuando también se combatan y erradiquen esas estructuras caciquiles femeninas incrustadas en los escenarios del poder público, reciclándose una y otra vez y monopolizando los espacios que las luchas de otras han ganado.
Cambiará la situación cuando independientemente de que sean hombres o mujeres ostentando el poder, no sean solo discursos maniqueos y reconocimientos de las causas para la foto, sino que se actúe con honorabilidad, profesionalismo y una altísima ética que hoy brilla por su ausencia en los hombres del poder, pero también en las mujeres.
Los mayores violentadores de una mujer no son solo los hombres, también lo son las propias mujeres.
Puebla cuenta con dos senadoras de la república, Nancy de la Sierra y Nadia Navarro y 11 diputadas federales, además de las 21 legisladoras locales ya mencionadas.
Vaya paradoja, cuando mayor número de mujeres hay en el poder, no contribuyen para que más de ellas mejoren sus oportunidades laborales, de igualdad y de trabajo, incluso de integridad a propósito de los feminicidios. @DiarioReporter