Por Jesús Ramos
Interesante será lo que diga Teresa Castro Corro de los 600 millones de pesos que se llevó el demonio por las cañerías de Banco Accendo y la sospecha de haber sido planeado.
Expectantes, así estamos por los argumentos que esté autorizada a esgrimir frente a los diputados del Congreso del Estado, especialmente a los del PAN, que son quienes solicitaron su comparecencia el primero de junio y una actitud tibia de su parte les dejaría en ridículo.
La institución financiera de los hermanos Hugo y Eduardo Villanueva, antes de llamarse Accendo llevó el nombre de Investabank y ya era una oveja negra con historial terrible.
Reportaba ingresos por encima de lo real, no practicaba auditorías internas, tampoco tenía métodos contables eficaces ni transparentaba sus activos. Y el colmo, su principal accionista Carlos Djamal había sido detenido por lavado de dinero.
Pese a tan oscuro palmarés, Castro Corro llevó las maletas de dinero público a esa institución bancaria, lo dejó ahí, y pudiéndolo retirar a tiempo no lo hizo, dándole chance al demonio que se lo llevara.
Antes de que fuera autorizada su comparecencia en el Poder Legislativo, la viuda del difunto abrió su perfil en Facebook y fue a repartir botellas con agua y cubrebocas a la zona del volcán en abierto proselitismo.
Después de eso se supo que Castro Corro tendría que explicar las razones que le motivaron a llevar los 600 millones al banco quebrado, los adeudos pendientes de Moreno Valle y el agujero de los 2 mil 600 millones de pesos que Puebla devolvió al Sistema de Administración Tributaria.
Esto ya se entiende como un amago a la viuda. Un documento mostrado con la rúbrica del difunto autorizando el depósito millonario en Banco Accendo sería mensaje formidable, de mayor nitidez para doña Charo. Y nosotros.
Algo así como la primera llamada en las obras de teatro. Primera llamada, Castro Corro es llevada al Legislativo y está dispuesta a soltar la sopa si la viuda no regresa a su retiro y se pone a atender sus rosales.
La intervención de la Secretaría de la Función Pública y Auditoría Superior del Estado contra Corro sería la segunda llamada, pues ahí iniciaría el procedimiento de responsabilidades y la investigación del caso para dar con otros posibles cómplices. Y Puebla los imagina.
Renunciar al poder no ha sido fácil para la doña. Se ve, lo demuestra. Se resiste al autoexilio. En política no existen gestos auténticos de caridad, como el suyo. Para ellos, los políticos, los gastos en la gente son inversiones con fines de rédito electoral.
El año venidero se renovarán los poderes Legislativo y Ejecutivo estatal, también el federal y las alcaldías, se entiende que la viuda emergió por algo, un interés alberga y es mal visto, pues ni ella ni el difunto son calificadas de buenas personas.
Castro Corro comparecerá, si la tratan suave o con rigor lo apreciaremos, sin embargo, es algo que pudo haberse evitado y no se hizo pese a ser de dominio público que ella fue hilo corruptor y pieza clave mientras el difunto estuvo vivo. @DiarioReporter