Por Héctor Llorame
El difunto exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta sometió al poder Judicial de Puebla y lo llevó a una crisis institucional de la cual no ha podido recuperarse.
La persecución contra magistrados, las disputas internas, el uso político del personal y la oleada de renuncias son muestra de la inestabilidad por la que atraviesa esta institución desde hace año y medio, tras la reforma judicial que impulsó el finado exmandatario.
Este jueves el Congreso del estado aprobó la renuncia del magistrado Roberto Flores Toledano, otrora poderoso e influyente presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en los tiempos de Rafael Moreno Valle.

Su salida y la de su suplente Juan Carlos Maldonado Vázquez se concretarán luego de cuatro años de mantener un bajo perfil tras el arribo de Barbosa Huerta a la gubernatura en junio de 2019.
Flores Toledano cumpliría 11 años en el TSJ el próximo 15 de febrero, pues arribó a su magistratura en 2013 impulsado por Moreno Valle, a quien sirvió como ejecutor de sus persecuciones contra políticos, activistas y periodistas.
La semana pasada también dejaron el TSJ por retiro voluntario los magistrados Jorge Ramón Morales Díaz y Arturo Madrid Fernández.
Apenas en noviembre Carlos Palafox Galeana renunció a su magistratura en el TSJ, dos meses y medio después de haber dejado la presidencia del Consejo de la Judicatura del poder Judicial, como consecuencia de los pleitos internos y la inestabilidad.

La salida del magistrado también fue atribuible a una demanda que enfrenta por el presunto delito de abuso de autoridad, denunciado por la notaria número 4 de Puebla capital, Norma Romero Cortés, quien lo acusó de revocar el comodato de los Lavaderos de Almoloya mediante irregularidades.
Palafox Galeana empezó a perder influencia en el poder Judicial en diciembre de 2022, tras la muerte de Barbosa Huerta, pues se empezó a disputar el control de la institución con la entonces presidenta del TSJ, Margarita Gayosso Ponce, quien posteriormente también renunció.
Ellos arribaron a las presidencias de la Judicatura y el TSJ impulsados por Barbosa Huerta, quien los usó para deshacerse del exmagistrado Héctor Sánchez Sánchez, con quien rompió relación a mediados del 2022, por lo cual emprendió una persecución mediática y judicial para echarlo de ambas instituciones.

En ese entonces Sánchez Sánchez presidía el TSJ y la Judicatura, así que el mandatario impulsó una reforma para establecer dos presidentes distintos y cerrar paso a la reelección, sin contar que esto daría lugar a la disputa por el poder entre los nuevos presidentes. @DiarioReporter