Por: Jesús Ramos
Hace cosa de tres semanas Olivia Salomón pidió audiencia con Barbosa para renunciarle a la Secretaría de Economía por aceptar que las cosas no marchan bien en su área.
Antes ya lo había hecho, le convencieron que continuara, pero me parece que esta vez sí es la definitiva, ella es una mujer de negocios, plutócrata, no del servicio público ni de aguantar reprimendas.
Este año en especial y los dos que vienen serán terribles en asuntos económicos e inflacionarios a nivel mundial, Olivia lo sabe y aunque ya se lo ha explicado a Barbosa, este se muestra reticente a su letalidad.
Lo mismo le ocurrió con el Covid-19, cuando la pandemia se desplazaba hacia México, con la sugerencia del plato de mole de guajolote para curarlo, demostró que sus oídos estaban sordos a la advertencia y desaprovechó tiempo valioso en la toma de prevenciones.
Algo muy parecido podría pasarle en lo que resta de su mandato y, la todavía secretaria de Economía, entiende la tormenta perfecta que azotará a Puebla en sus responsabilidades sin que todavía se hayan adoptado las medidas necesarias.
Como todo jefe, Barbosa le exigirá inversiones, crecimiento económico, empleos y generación de riqueza, él es político no economista y le valdrá un carajo lo que se diga al respecto, querrá resultados.
Olivia y el gobernador, como con todos los integrantes de su gabinete, ha tenido diferencias que han sido superadas, aquí el asunto es que su capacidad de aguante ya llegó al límite, está full.
Es fácil entender que no quiere salir en mal plan con él como ha ocurrido con los demás exintegrantes del gabinete, al contrario, aspira a conservar la amistad que la llevó a vivir su experiencia del servicio público y concluir ese episodio en excelentes términos.
No es fácil lidiar con el mandatario, no por nada Ana Lucía Hill se encuentra en la antesala de que la corran, la diferencia es que mientras la titular de Gobernación se desentendió de sus funciones y nadó de muertito, Olivia quiso detonar la economía estatal y no pudo, pero por esfuerzo no paró el asunto.
La carta de renuncia de Olivia Salomón la tiene Barbosa en su escritorio con fecha reciente, ella ya quiere irse, ruega porque se la haga válida a la brevedad posible, se verá pues quién se marcha primero, si ella o Ana Lucía.
En el fondo pienso que otra de las razones de Olivia para decir adiós, es el tremendo papelón que ha hecho el gobierno estatal en resultados y el recuerdo que se tendrá de él como el peor de la historia de Puebla y el más rencoroso jamás experimentado. @DiarioReporter