Por Jesús Ramos
Fácil no será para este gobierno expulsar a María Teresa Castro Corro de la cartera de finanzas del gabinete. No, por ser integrante de un grupo de poder económico que sirvió a los intereses del difunto y su esposa.
Esa mujer sabe lo inimaginable, lo tenebroso, esos secretos en los que participan aquellos que acceden a los tesoros, transacciones y beneficios de los políticos cuando disponen a sus anchas de las arcas públicas.
Allá por noviembre expusimos que Corro, junto con Rubén Contreras, Hugo Orozco, hermano de la viuda, y Javier Pacheco decidían a qué proveedor sí y a qué proveedor no asignaban obra pública, adquisiciones y servicios, para eso los tenía nuestro amado exgobernador.
Les apodamos Los 4 Fantástico de la Economía y las Finanzas de Puebla. Y hasta antes de que muriera el difunto, ellos proyectaban gastar y repartir los 120 mil millones de pesos del presupuesto estatal de este año.
Los 600 millones que se tragó el hoyo financiero a través de Banco Accendo en realidad son nada comparado con los casi 300 mil millones de pesos que Los 4 Fantásticos manejaron de 2019 a diciembre del 2022.
Corro podrá presentar dos docenas de renuncias al puesto de Finanzas, pero la realidad es que está involucrada hasta el cuello en los negocios que hizo el difunto utilizando a su cuñado, Rubén y Javier.
Es una integrante de cuatro, de esa banda, que dispuso con la autorización de aquel, invertir en el banco quebrado como igual lo hacían para decidir a los que asignaban obra y compras.
No la pueden correr y ya. Despedirla por el error de los 600 millones sería un grave error. Tan sencillo no es. Si así lo hiciera el mandatario, además de romper definitivamente con la viuda, absolvería a la Corro y sus secuaces de las responsabilidades suyas.
En dado caso, tendría que salir de las oficinas de Finanzas con las sanciones debidas por no haberse aplicado en la recuperación de ese dinero público cuando otros gobiernos estatales si lo hicieron antes que quebrara Banco Accendo.
Expertos económicos consultados por este reportero, explicaron que la recuperación de los 600 millones de pesos podría tardar más de diez años, después de ser rematados los activos de Accendo.
Pusieron los ejemplos de Mexicana de Aviación y Grupo Sitma, la primera empresa tardó 12 años en ser adquirida por el gobierno de López Obrador y la segunda 13 años han pasado sin lograr todavía iniciar el proceso de remate de bienes para pagar a los afectados.
Tras la quiebra de Silicon Valley Bank, el gobierno de los Estados Unidos rescató la institución para devolver el dinero a los ahorradores afectados, algo así tendría que pasar en México para que el dinero se lo devolvieran al gobierno de Puebla a la brevedad posible.
Sin embargo, difícilmente ocurrirá eso, cuando Andrés Manuel no ha logrado vender el avión presidencial y tampoco es partidario de rescatar bancos con problemas de liquidez, Banamex es lo más visible.
Refieren los expertos consultados que instituciones como Banco Accendo usualmente tienen menos activos que los compromisos financieros manejados pese a ser regulados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, lo que implicaría que podría recuperarse sólo una parte muy menor del desfalco. @DiarioReporter