Por: Jesús Ramos
De aquel discurso estridente enderezado desde Casa Aguayo contra Alejandro Armenta no queda más que el sabor amargo del recuerdo. Hoy el senador disfruta hermosos tiempos de paz y de precampaña.
Digamos que está blindado, por el momento, y por eso le pedalea fuerte para ser gobernador, recorre la milla, empolva los zapatos con la idea de recuperar la corona del político más conocido, misma que perdió el año pasado a razón de la campaña de alcaldes y diputados.
Encuestas serias y recientes ya le ubican por debajo de Eduardo Rivera, aunque sus partidarios se resistan a creerlo.
Sus recorridos por el interior del estado y en Puebla capital llevan consigo la tranquilidad de que no le molestarán como en el pasado reciente cuando descargaban en él tremendas frustraciones y rencores añejos.
Esto no es casual, hay una especie de tregua para que así sea. Se fumó la pipa de la paz y el mediador fue Ricardo Monreal. Nada nuevo, hubo compromisos del senador de la república y del líder de la comarca.
Es lo mejor que pudo haber pasado para ambos. En las crisis de la Udlap y de Tadeo Alejandro se mantuvo al margen, respetó los acuerdos. Y en la actual crisis de inseguridad tampoco se ha metido.
Esto no es digno de aplaudirse, de ninguna manera, nada, ningún acuerdo político puede estar por encima del bienestar y la seguridad de la gente.
Si su compromiso fuera en verdad con la sociedad debió haber fijado postura enérgica en la descarada intromisión e injusticia del gobierno del estado contra los estudiantes de la Universidad de las Américas y no lo hizo.
Y lo mismo debió haber hecho en las nueve masacres registradas en lo que va del año, en la crisis del sistema carcelario, en los desaparecidos y feminicidios, y en el tsunami de inseguridad que estresa a Puebla, pero lo político lo frena.
En la espiral de temas delicados en los que frecuentemente se mete el Señor, prefiere nadar de muertito.
Monreal pactó para que pudiera hacer precampaña a sus anchas de norte a sur y de oriente a poniente con la idea de que al final el candidato presidencial del 2024 y Morena determinen si los números le alcanzan y las circunstancias le acomodan para ser candidato.
Miles de árboles para reforestar Puebla es lo que necesita, infinidad de recetas de nutrición y la exhibición suya de la defensa patriótica del litio para verbalizarle a la gente su interés por la patria chica.
El jefazo de la comarca también ha respetado el acuerdo, hay que decirlo, pues más que olvidar las deferencias que Armenta tuvo para con él en el 2019, su astucia le sobra para calcular que el favor que le hizo al zacatecano puede cobrárselo con rédito en dos años. @DiarioReporter