Por Jesús Ramos
Sorprende que panistas como Lalo Alcántara critiquen la entrada de Javier Lozano a la puja por la candidatura del PAN a gobernador, cuando es el personaje con los condimentos necesarios para ponerle sabor al caldo de un partido insípido como el suyo.
Y eso es lo que hace falta a Acción Nacional, alguien que le ponga música a la fiesta, el cascabel al gato, que genere polémica y encienda los juegos pirotécnicos para que les echen miradas.
Grises. Invisibles. Decepcionantes. Eso son los panistas poblanos, incapaces de despertar pasiones. Si van abajo en las preferencias por partido, en gran medida es por el tiempo desperdiciado y lo agachones que son.
Javier puede hacerlo. Sabe cómo hacerlo. A muchos les caerá gordo y pesado, engreído y peleonero, pero de que es capaz de motivar a los deudos de un funeral lo es. Es un tipo inteligente, protágonico y bastante polémico.
No se duda que Augusta sea buena persona, lindísima mujer y a todo dar, sin embargo, desde que asumió el liderazgo del PAN poco se sabe de ella y del partido. De plano es como si no existieran ni uno ni la otra.
Se les fue la oportunidad de polemizar, de meter en un brete al gobernante en turno, de exigirle resultados, ponerlo contra las cuerdas a él y a Morena. Pero no, tiemblan nomás de verle, se aterran.
Lalo Alcántara está en las mismas, se inconformó por el apetito gubernamental de Lozano, pero el pobre ni tiene la estatura política de este hombre ni el conocimiento para poner en zona de competencia mediática a su partido. Como coordinador de bancada fue lamentable, decepcionante.
Fraile, Humberto y Ana Tere son políticos respetados. Sin embargo, algo pasó con ellos. Se antoja verles dinámicos y entrones, metiendo al PAN en una agenda de discusión y polémica interesante hacia adentro y hacia afuera del partido.
Si eso hicieran le darían la vida que Augusta no le da.
No lo hacen. Y en las mismas está el alcalde Eduardo Rivera Pérez. Ni picha ni cacha ni deja batear, es timorato, sumiso y dócil, sin el valor de aventarse al ruedo y decir que competirá por la candidatura en su partido como ya lo hicieron compañeros suyos.
Javier Lozano carece de estructuras políticas, adolece de seguidores, no tiene grupo político, se entiende que está en eso, pero es innegable que su participación oxigena al PAN, le vitamina y los dos argumentos que a él le sobran para aventar piedras a los tejados de enfrente, a los panistas de aquí les están faltando. @DiarioReporter