Por Jesús Ramos
Gentes suyas defienden a Jorge Estefan y su ingreso a Morena, pero su caso es indefendible, el pasado que arrastra es oscuro y pesado, tenebra pura, pragmatismo horrible, agravado.
Carece de convicción ideológica, tampoco es defensor de causas sociales, nació personalista, individualista, antes que los demás está él, su interés financiero y político, toda causa noble le vale gorro.
Estuvo en el PRI mientras le fue útil. Los parásitos se alojan en el huésped en tanto obtienen lo que quieren, cuando se agotan sus recursos migran, pasará lo mismo al partido que vaya, se irá al dejar de convenirle.
Privar de un espacio a aquellos que se afletaron de inicio en la fundación y edificación de Morena para dárselo a Estefan es injusto, por dónde se vea, sus mañas y fama de mapache de élite no le justifican, tampoco lo negro qué sepa hacer.
Si el morenista puro va por un puesto de elección y pierde en la constitucional no es algo que pueda predecirse desde ahora. Incluso, si así fuera, tiene todo el derecho de esa oportunidad, ganarla o perderla.
Fórmese en la fila de las tortillas, del cine, de la reservación del restaurante y vea al fantoche que llega de último momento y pasa antes que usted por su influencia y poder.
Mentará madres por fuera o por dentro, se enfadará y reclamará muy probablemente, tachará su evento de abuso, se sentirá menospreciado, víctima de una injusticia.
Jorge Estefan es el fantoche, el abusivo que sin importarle quiénes y cuántos estén formados él se ha metido en el primer lugar de la fila de las tortillas para joderse a todos.
Indefendible es su caso, Melitón Lozano le rascó tantico y paleó mierda por toneladas, si le dedica más tiempo tendría que alquilar góndolas de doble remolque para limpiarle su historia pragmática. @DiarioReporter