Por Carlos Clemente
Penosamente, Puebla sigue siendo un paraíso de los grupos delictivos dedicados a la ordeña de los ductos de Pemex para extraer gas LP y gasolina.
Miles de poblanos asentados en las proximidades de los ductos se encuentran permanentemente expuestos a un eventual accidente debido a las imparables perforaciones clandestinas.
El caso más reciente, la tragedia ocurrida el 31 de octubre de 2021 en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, en Puebla capital, debido a una fuga de gas por toma clandestina.
La terrible explosión de esa madrugada tuvo un saldo de cinco muertos, decenas de heridos, más de 2 mil personas evacuadas y 50 viviendas destruidas.
Tras este hecho se podría pensar que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal, diseñaron una estrategia de coordinación, un plan de acción, una mesa de seguridad, con el claro objetivo de frenar a las bandas delictivas y garantizar la seguridad e integridad de los ciudadanos.
Por desgracia no es así.
Puebla ocupó el penoso primer lugar nacional en tomas clandestinas de gas LP, con 338 registros en los primeros seis meses de este año.
En cuanto al robo de gasolina, Puebla se colocó en el noveno lugar nacional en tomas ilegales registradas.
San Martín Texmelucan es el municipio con más tomas clandestinas, sumó 76 registros y Huauchinango tiene la mayor incidencia por robo de gasolina con 56 casos. Cifras oficiales de la primera mitad de 2022.
El viernes pasado, la Policía de Texmelucan reportó una relevante fuga de gas en la colonia La Loma, en San Cristóbal Tepatlaxco.
Por las dimensiones del evento y por seguridad de los vecinos, autoridades acondicionaron dos albergues y evacuaron a 350 personas. Los delincuentes dañaron un ducto de 24 pulgadas que conduce gas LP hacia Ecatepec.
Personal de Seguridad Física de Pemex y Bomberos tardaron cinco días en volver a sellar el ducto y hasta este miércoles la mayoría de las familias pudieron regresar a sus domicilios, una vez que se restituyó el servicio de energía eléctrica con ciertas reservas.
Algunas familias no pudieron regresar por estar a menos de 500 metros del punto de fuga.
La morenista Norma Layón, presidenta municipal de Texmelucan, puso el dedo en la llaga: exigió a Pemex mayor responsabilidad ante el problema por las consecuencias lamentables que pudieran derivar y señaló una posible complicidad que pudiera haber entre personal de Pemex y grupos delictivos.
Expuso además que, en las mesas de Seguridad ante la federación, donde se ha denunciado el problema de robo de combustible, no se ha planteado una solución de fondo.
Nada más cercano a la verdad.
El gobernador Barbosa en su mañanera de plano se pandeó y no quiso pelearse con Pemex, apenas quiso admitir que su gobierno carece de mayor información para actuar.
De nada sirve que los tres órdenes de gobierno pertenezcan al mismo movimiento que no roba, no miente y no traiciona. Pero tampoco actúa ni resuelve.
No existe el mínimo interés de coordinarse a fin de frenar las tomas clandestinas que representan un grave peligro para la seguridad de miles de familias poblanas.
Por su negligencia criminal Puebla seguirá siendo paraíso de huachigaseros. @DiarioReporter