Por Jesús Ramos
Tony Gali tiene el candor de subirse al proyecto de Nacho Mier. Es cierto. Envió avanzada. Es cierto. Tendió puente de comunicación. También es cierto. Pero no ha conversado con el parlamentario ni tampoco con su coordinador.
En nada le ha ayudado, pero ansía hacerlo. Tiene canicas que pretende aportar para el 2024. Muere por regresar a la política, es hombre de estado, inquieto como la fregada.
Quiere conquistar al Quijada de Piedra, le envió ramo de flores con serenata al balcón, chocolates incluso. Se verá lo que ocurra después. Seguramente cosas buenas para ambos.
Y si eso es cierto, es falso todo lo demás. Compromisos de diputaciones, espacios políticos, prebendas futuras y petates de muerto. Ni los tiempos son para comprometer esas cosas.
Es como querer comerse el pollo sin tenerlo. Primero deben corretearlo hasta atraparlo, desplumarlo y cocinarlo, después, distribuir las piezas considerando el número de tragones y servir el tinto.
Si Nacho no es candidato, ningún hijo, ahijado o amigo de Tony, incluido Tony, obtendrá algo. Nacho y su gente apenas andan en la corretiza loca del ave, pero Armenta y Claudia también andan en las mismas por todo el corral.
Es buen elemento el exgobernador de Puebla, tiene credenciales interesantes, puede caminar tranquilamente por Puebla, comer helado, ir a la cafetería sin que nadie le reclame nada, gran trabajo el suyo.
En los años que el difunto respiró no pudo comprobarle robadera alguna ni desvío. Tony se autoexilió porque los humores del tehuacanero eran inciertos, por la mañana podía saludar lindo y a medio día corretear como mastín rabioso al que le viniera en gana.
Todo político profesional tiene una libreta donde anota a los que le ayudaron a conquistar sus objetivos. Sobran en Puebla políticos ingratos que a sabiendas de tales ayudas se desentendieron.
Sin embargo, Nacho está en la etapa de registrar nombres en esa libreta. Y si el exgobernador le ofreció obsequios, florales y serenata, entonces, sus ojos tecamachalquénses tendrán la respuesta desde el balcón. @DiarioReporter