Por Raúl Hermosillo Carmona
Según la consultora SPIN, en su reciente informe el presidente hizo 180 afirmaciones falsas, engañosas o que no se pueden demostrar. Y es que el rotundo fracaso de la “transformación región 4” ha configurado una auténtica “mentirocracia”, es decir, un gobierno que miente todo el tiempo con tal de mantenerse a flote.
Tristemente, esta situación también ha obligado al chairo promedio a vivir en un estado permanente de autoengaño, al grado de tener que “normalizar” contradicciones y sinsentidos que desafían las leyes básicas del sentido común. Doy algunos ejemplos:
1. El chairo cree que, si las cosas realmente estuvieran tan mal, la aprobación del presidente no estaría en 60%. Pero resulta extraño que esos mismos que apoyan al presidente reprueban el trabajo del gobierno en economía, seguridad, salud, educación, corrupción y capacidad para dirigir al país.
2. El chairo ve con buenos ojos que el presidente le dé más poder económico y político a los militares, y aplaude que les haya otorgado negocios y tareas de carácter civil. Pero, en el fondo, sabe que esto les confiere a los uniformados un poder económico y político al que difícilmente estarán dispuestos a renunciar cuando se acabe la aventura populista.
3. El chairo grita: ¡la violencia la ocasionó Calderón al declarar la guerra al narco! Y por eso, aprueba que la Guardia Nacional salga a las calles para proteger a la población. Sin embargo, no le checa la estrategia de “abrazos, nos balazos” porque sabe que solo le ha dado más poder a los criminales.
4. El chairo vive agradecido con el presidente por haber sido vacunado contra el Covid. Incluso piensa que la 4T ha manejado de manera adecuada la crisis sanitaria provocada por este virus. Pero se hace de la vista gorda ante la evidencia de que, según la OMS, México está entre los cinco países con ¡más muertos por el Covid en el mundo!
5. El chairo siente alegría al recordar que el presidente canceló el NAIM y que, en su lugar, con el apoyo del ejército, “construyó” en tiempo récord, el Felipe Ángeles. Pero no le checa que se diga que es de los mejores del mundo, porque sabe que no hay vuelos y que ofrece más destinos por tierra que por aire.
6. Para el chairo promedio, apoyar la construcción de Dos Bocas o el Tren Maya significa “recuperar” soberanía y orgullo. Pero les causa escozor que en lugar 8 mil millones de dólares la refinería vaya a costar 25 mil millones de dólares, o que se tenga que destruir la selva por un capricho económica y turísticamente inviable.
7. El chairo se regocija cuando el presidente insulta a los ricos y condena la “voracidad” de las empresas extranjeras que solo quieren “saquear” al país. Pero en el fondo saben que el gobierno no tiene ni el dinero ni la capacidad tecnológica para aprovechar de manera sustentable, los abundantes recursos naturales que tenemos como país.
8. El chairo está feliz porque los de “arriba” perdieron privilegios o porque a muchos se les acabó la chichi. Pero algo no le checa cuando ve que es la misma elite de siempre la que está robando y que ahora son otros los que están prendidos de la chichi con la “justificación” de que “no somos iguales”.
9. El chairo grita que nada puede estar por encima de nuestra Constitución. Ningún tratado internacional o comercial puede valer más que lo que está plasmado en nuestra Carta Magna. Pero les choca tener que justificar ciegamente los decretos presidenciales que buscan saltarse los preceptos constitucionales.
10. El chairo quiere creer que el peje es del tamaño de Hidalgo, Juárez o Madero. Pero no le convence que para lograr su llamada cuarta transformación se tenga que destruir todo lo anterior, sin construir a cambio algo mejor.
Los simpatizantes del peje llevan consigo esta y otras cargas todos los días. En cada reunión familiar o de amigos, tienen que justificar las contradicciones y sinsentidos que entraña su fe y su creencia en la realidad alterna que pregona el farsante de palacio. El “informe” fue una muestra más de que, ante la falta de resultados, lo único que le queda a este gobierno es seguir mintiendo y al chairo, seguir creyendo. Pero como decía Abraham Lincoln “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Y eso lo sabe el peje y lo saben los chairos. @DiarioReporter