Por: Jesús Ramos
Una fiera acorralada es este gobierno. Y está acorralada por el tiempo y la ineptitud. Si con nada emblemático trascenderá en la historia de Puebla, su ruta de escape es el control político absoluto, aunque ello represente un retroceso democrático para el estado.
Distinto a gobernantes anteriores que obtuvieron calidad moral y prestigio con acciones e infraestructura social importante, al actual, sólo le queda controlar partidos, órganos electorales y poderes del estado con la finalidad de extender el inevitable juicio del futuro.
Tiempo es de lo que carece para emprender y concluir obra física de gran calado. Debe ir entonces por lo político. No tiene de otra. Si su incompetencia la repite en el tablero de la política estará perdido y semienterrado.
Ahí es donde se entretendrá en cuerpo y alma el trecho de aquí al 2024. Y en ese paquete están el Instituto Electoral y el Tribunal Electoral del Estado. El Congreso local y los partidos políticos todos.
En su puño deben continuar el PRI, PAN, PRD, Morena, PSI, Verde, PT y el resto de los partidos chicos para operar lo que le interesa, la sucesión de mandatario estatal y la presidencia del país, así es como pretende encarecer su rol de gran elector.
Rol que planea vender a buen precio al Presidente y al futuro Presidente de la República para operar la elección federal y local venidera. Si Morena quiere ganar me necesita, soy indispensable.
Aquí nomás mis chicharrones truenan. Me apodan el autócrata porque concentro la ley, los partidos y órganos electorales. Y todo aquel que quiera ganar debe entenderse conmigo.
Si le digo a Néstor Camarillo del PRI dame la patita me la da. Si le lanzo la pelota a Eduardo Rivera Pérez y al PAN me la traen. Y lo mismo puedo hacer con el IEE, el tribunal electoral y los caciques regionales del interior.
Siendo lo que es, un fracaso de gobierno, carente de tiempo e incompetente, no tiene otra apuesta más que endurecer el control político que pudo demostrar en la elección del 2021 y la de consejeros electorales de Morena e infundir miedo para no soltarlo.
No existen más rutas de escape hacia el futuro, este gobierno está acorralado, reprobado, herido y desprestigiado, le espera la peor de las historias, aun cotizándose alto en lo político. @DiarioReporter