Por Héctor Llorame
El exgobernador Mario Marín Torres abandonó la cárcel este lunes y regresará a Puebla para enfrentar en libertad su proceso penal por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro.
Tras el cambio de medidas cautelares otorgado por un juzgado con sede en Quintana Roo, en el gobierno federal y el estado hubo reacciones divididas entre mandatarios morenistas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reprobó el fallo, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina dijo que respeta la decisión del poder Judicial y el gobernador electo Alejandro Armenta Mier se deslindó del asunto ante las acusaciones de la comunicadora denunciante.
Marín vuelve a dormir en Puebla
De acuerdo con medios nacionales, esta tarde el exmandatario salió del penal del Altiplano en acatamiento a la resolución dictada el sábado por la jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez, quien concedió el arraigo domiciliario al considerar que el acusado no representa un riesgo de fuga y su estado de salud es delicado.
El mismo fallo indica que el arresto deberá llevarse a cabo en la vivienda que el exmandatario posee en un fraccionamiento de la colonia Xilotzingo.
Ante esto, López Obrador arremetió nuevamente contra el Poder Judicial de la Federación (PJF), al señalar que la liberación de Mario Marín fue otro “sabadazo”, como ha denominado a resoluciones cuestionables o sorpresivas que se han dado durante los fines de semana.
Por ello, en su conferencia matutina reiteró su intención de reformar el poder Judicial, bajo la premisa de que así se evitarán fallos que den lugar a suspicacias o sospechas de corrupción.
En Puebla, Céspedes Peregrina dijo respetar la resolución sobre el cambio de medidas cautelares, pero aclaró que esto no exonera al exmandatario, dado que el proceso penal continuará.
También afirmó que la medida es total responsabilidad del poder Judicial, ya que desde el gobierno del estado “no hay ni habrá trato preferencial” en favor de nadie.
Por su parte, Armenta Mier se deslindó abiertamente de la liberación del llamado “gober precioso”, luego de que en redes sociales Lydia Cacho lo señaló como su “ahijado” y sugirió su posible intervención.
En conferencia de prensa el gobernador electo dijo que no tiene ninguna injerencia ni interés en el proceso que enfrenta el exmandatario y externó su respeto a la periodista, a quien dijo admirar y le ofreció trabajar juntos en el combate a la violencia contra las mujeres.