Por Alberto Pacheco
A lo largo de la semana que acaba de pasar, decenas de alcaldes se embriagaron con las felicitaciones y abrazos que recibieron al por mayor, por sus disque informes de labores por el primer año de labores o en algunos casos, 4to año de quienes lograron la reelección.
Personajes como la famosa “Titi” Díaz de Rivera o el inefable Néstor Camarillo, se llenaron la boca de halagos y, los dedos de tuits en los que describían a los alcaldes emanados de sus institutos políticos como si estos, fueran unos próceres, unos estadistas, unas autoridades admirables…
Por ejemplo: a la Titi, pese a que Paola Angón, es quizá, la sátrapa mayor de los alcaldes de Puebla, le faltó muy poco para decir “felicito a la bendita presidenta municipal Paola Angón, por su inmejorable trabajo por el bien de los suyos” porque en efecto, vaya que le fue bien este año a su pareja y a todos sus cuates.
O Néstor Camarillo quien, pese a que Eduardo Rivera no es de su partido, poco le faltó para llevar él mismo, una matraca al informe y gritarle “Rivera, bombón, contigo hasta el colchón”, porque es tanta su admiración hacia el edil panista, que prácticamente se santigua cada vez que lo tiene frente a él; dejando de lado que ha sido este año, un verdadero desastre su administración al frente de la capital, pero qué más da, si una teta de la ubre del erario capitalino le revienta la boca a este sesudo dirigente priista.
Así, cada día de esta pasada semana, circularon fotos, videos, espectaculares, mamparas y cuanta publicidad les fue posible a cada uno de los alcaldes de Puebla, presumiendo sus “logros”, exacerbando al límite acciones como regalar juguetes baratos a los niños pobres o, entregar despensas a la gente hambrienta, como si la caridad para con los más desfavorecidos fuera un valor agregado y no, la consecuencia del saqueo sistemático de un montón de rufianes llamados presidentes municipales.
El formato actual de los informes no solo es anacrónico y disfuncional, sino que promueve una retórica confusa hacia los ciudadanos que en muchos casos si se compran la sarta de mentiras y verdades a medias que vierten los alcaldes, porque no falta el jefito o la doñita que hasta barbacoa o molito le organizan a los ediles por haberles llevado el drenaje o puesto una lamparita en sus precarias calles, además de que les dan su bendición con lágrimas en los ojos, porque tan baja es la autoestima del pueblo mexicano que con poco, se sienten inmensamente valorados.
Los informes de gobierno en México, son un mero almanaque semi descriptivo de cómo se mal gastaron el dinero los servidores públicos y no, un ejercicio de contraste estadístico que, a través de métricas e indicadores, muestre el verdadero nivel de avance o retroceso de un municipio.
Y como si lo anterior no fuera poco, no muestran ni siquiera un diagnóstico preciso que sirva como punto de referencia sobre el punto de partida y, al que se llegó a lo largo del periodo a informar; sencillamente emiten argumentos subjetivos y vagos basados en sus propios criterios de validación.
Por ejemplo: en materia de desarrollo económico, Lalo Rivera contó como un logro, el que se hayan entregado los 900 créditos de su programa estrella CRÉDITOS CONTIGO, de los cuales, se prestan 25 mil pesos de manera diferida, es decir: primero 10 mil pesos y al liquidar estos, se entregaran los siguientes 15 mil, lo que por supuesto, no coadyuva en lo absoluto al desarrollo de la capacidad emprendedora ni de innovación del ecosistema productivo de Puebla.
Lo anterior no es un logro, porque no informa el resultado sino la mera acción. Lalo debió haber informado a cuantos beneficiarios les permitió este mini micro crédito: invertir, contratar y crecer, que son los 3 criterios que debe cumplir un financiamiento al sector productivo, de lo contrario, es solo una acción sin pies ni cabeza.
O Norma Layón, que presumió como logro, el haber aumentado en más del 30% la ley de ingresos, vaya despropósito…
Estos sencillos ejemplo, nos describe perfectamente el nivel de nuestros alcaldes, personajes unidimensionales que, o son unos verdaderos cazurros incapaces de cuestionar lo que les dan para informar o son, en definitiva, unos verdaderos perversos que se burlan cínicamente de la estupidez del pueblo.
Los informes solo sirven para darnos cuenta de algo; que los malos, tienen una capacidad increíble para dejar sus diferencias atrás y unirse con tal de perpetuarse en el poder; basta con ver la inmunda hipocresía de la clase política felicitándose unos a otros por absolutamente nada; cínicos, perversos, sucios y cochinos en completa comunión, sabiéndose intocables, amos y señores, mientras los buenos, peleándonos entre nosotros, defendiendo a estos raterazos…
Si tantito les importáramos a los políticos, mínimamente sus dirigentes, les llamarían a la reflexión, a reconsiderar sus acciones, a construir y dejar de dividir, a asesorarse mejor, pero no…los felicitan por sus infames gestiones, ¿verdad Tití, Néstor, Amador…?
Por eso, personajes como Lalito Rivera, Paola Angón, Norma Layón y el 99% de alcaldes de Puebla, hoy despertarán con una resaca asquerosa de tanto halago inmerecido que se tragaron la semana pasada, pero que, de nuevo a partir de hoy, sentirán la temperatura y escalofríos propios del repudio con el que realmente cohabitan día a día.
Aunque bueno, también la aspirina política es súper efectiva: cualquier bailongo, despensas o billetitos de 500 y el pueblo bueno, bailará al son de sus designios…
Nos vemos cuando nos leamos. @DiarioReporter