Por Alberto Pacheco
El fútbol es sin duda, el deporte más popular del mundo, un deporte que es capaz de unir a las culturas y posiciones más contrarias de los individuos y las naciones. Sin embargo, es también una de las actividades económicas que más dinero genera en el mundo, a donde la diversificación de negocios que emana del mismo llega a niveles inconmensurables.
Por citar un ejemplo, el último mundial en Rusia, requirió de una inversión que rebasó los 11 mil millones de dólares, sin embargo, las utilidades superaron los 35 mil millones, lo cual solo viene a confirmar que el fútbol, no es más un deporte por sí mismo, sino un espectáculo que genera dividendos billonarios.
De acuerdo a diversas empresas de consultoría como Euromonitor, entre otras, los clubes que son altamente rentables generan hasta el 85% de sus utilidades a través del mercadeo, tales como patrocinios, venta de productos referentes al club, derechos de transmisión, entre otros, y una mínima parte por las transacciones de jugadores y/o premios por ganar competiciones.
En México, de acuerdo a un estudio del Grupo de Economistas y Asociados, el fútbol genera más de 114 mil millones de pesos por año, lo cual, nos da una idea del por qué, todos quieren una tajada de ese gran pastel.
No obstante, el fútbol también se ha visto empañado por las actividades ilícitas que han orbitado a la par, siendo las más sobresalientes, el lavado de dinero y las apuestas ilegales, estas últimas, que incluso, han puesto en entredicho resultados en competiciones de clase mundial, como la UEFA Champions League o el mismísimo Mundial de la FIFA.
Por supuesto, ilícitos de los que México no se ha salvado, ya que el lavado de dinero ha sido una situación muy habitual en diversos clubes que simulan operaciones en beneficio de ciertos particulares y de los cuales, incluso la UIF ha realizado diversas investigaciones.
Otro de los negocios que ha proliferado recientemente, es la creación de pseudo asociaciones en diversas modalidades del fútbol, tales como fut sala, fútbol de playa, free style y fut7.
Asociaciones que, salvo las afiliadas o reconocidas por la FIFA, el resto son identificadas como “asociaciones patito” que han encontrado sobre todo, en los gobiernos ingenuos, sus brazos financieros para la organización de eventos, los cuales, realmente, solo benefician a unos cuantos con ganancias más que atractivas y no cumplen el fin fundamental de incentivar las capacidades y el talento de quienes practican este hermoso deporte.
El modus operandi es realmente sencillo, firman convenios con gobiernos locales y estatales en su gran mayoría, donde la carga económica de la organización es amortizada con recursos públicos, a cambio de una supuesta promoción regional o internacional, además, de la promesa de impulsar al talento de la ciudad “timada”.
Y es precisamente lo que sucedió con el Ayuntamiento de Puebla, que hace no mucho, anunció con bombo y platillo que para 2023, sería la sede del mundial de fútbol 7, donde faltaba más, presumieron con gran éxtasis, la participación de más de 20 equipos provenientes de los 5 continentes y la llegada de más de 40 mil visitantes.
Lo anterior no tendría nada de malo, si no fuera porque la asociación con la que se firmó el convenio (IFA7), no es, sino una de esas Asociaciones Patito que carecen del reconocimiento, adhesión o mínimamente, acompañamiento de la FIFA.
Encima de todo, la FIF7, que es la única asociación de fútbol 7 con el aval de la FIFA, emitió un comunicado, alertando tanto al gobierno del Estado, así como al Ayuntamiento de Puebla, sobre el fraude del que estaban siendo víctimas al firmar un convenio con una asociación no reconocida.
Por supuesto, las autoridades no tardaron en deslindarse, argumentando que lo anterior, era un problema entre asociaciones y no un fraude, pues en palabras tanto del Presidente Municipal y el Director del Instituto Municipal del Deporte Antonio Iriarte, el mundial se llevará a cabo tal y como lo indica el convenio firmado.
Y respecto a la reputación de la asociación con la que se firmó el convenio, argumentaron, que se realizó un amplio scouting previo a la realización del convenio y que decidieron firmar con “la mejor asociación”.
No obstante, las dudas saltan a la vista ¿a qué se comprometió exactamente el ayuntamiento? ¿A cuánto ascienden los recursos que tendrán que erogar, a cambio de la organización de un mundial de fut7 patito? ¿Qué beneficios traerá para la incentivación del talento local?
¿Cuál es la derrama económica proyectada a cambio de la inversión realizada? ¿Cuáles son los indicadores de rentabilidad social que se utilizaron para tomar la decisión de organizar semejante evento?
Las anteriores son solo algunas de las preguntas que deberá responder el ayuntamiento para evitar especulaciones sobre la verdadera motivación para organizar este mundial patito, porque de lo contrario, se pensaría, que no es más que un evento con la finalidad de promover a quien desde ya, se ve como el próximo inquilino de casa Aguayo y encima, a cargo del erario o dicho de otra forma, con los recursos de las y los ciudadanos.
Y es que, la organización de eventos culturales y deportivos de talla internacional no tienen absolutamente nada de malo, incluso, son motores poderosísimos para incentivar las distintas actividades económicas, véase el ejemplo del GRAN PREMIO DE MÉXICO de Fórmula 1, que pese a la animadversión del Presidente AMLO, se ha y seguirá realizándose, porque ha demostrado su factibilidad y sobre todo, los inmensos beneficios económicos y sociales que genera.
Pero no se puede pensar así de un evento que carece del cobijo institucional de la FIFA y en consecuencia, es mucho muy difícil pensar que arrojará beneficios a la ciudad, puesto que ni siquiera es un evento al que los medios de comunicación le pongan atención, basta con echar un vistazo a la difusión del próximo evento que esta asociación patito tendrá; el Mundial de FUT7 en Manta Ecuador y del que salvo sus organizadores, nadie más en el mundo, está enterado.
Esperemos que sean solo suspicacias y que aunque sea patito nuestro próximo mundial, al menos genere más de lo que nos costará y que si de verdad, no es un evento con fines particulares de promoción, no veamos en próximas fechas una avalancha de cacareo del mismo y que sea la punta de lanza para una promoción dirigida a una persona en especial.
Porque los poblanos ya estamos hartos de promesas, de retórica sin sustento, de escuchar que son diferentes o que ahora sí, van a recomponer el rumbo.
Los poblanos no queremos a politiquillos buena onda, sino a verdaderos profesionales, casados con las causas que a todos nos afectan.
No queremos ni necesitamos a un Lalo pintor, ni a un Lalo jardinero, mucho menos, a un Lalo futbolista que se la pase pensando más en Casa Aguayo, necesitamos a un verdadero alcalde 24/7, a un alcalde que deje de lado el show y se enfoque en lo que se necesita realmente de él, un líder que inspire y motive ese gran cambio por el cual fue elegido.
Y…por supuesto, esperamos que este “mundial de fut7” no sea solo unos más de los jugosos negocios de unos cuantos, aunque así…a mí me lo parece. @DiarioReporter