Por Jesús Ramos
Leoney Godoy y Nacho Mier comieron juntos el pasado sábado. Atrevido sería detallar la conversación, uno supone que hablaron de las nueve candidaturas de Morena a gobernador y del paquete económico en su versión de ingresos y egresos.
Si acertamos en el supuesto, entonces, fue tema la coordinación estatal de la 4T poblana con los nombres sobre la mesa de Alejandro, Claudia, Julio y los demás.
Godoy es el general de Claudia Sheinbaum en la Cuarta Circunscripción que incluye CDMX, Guerrero, Morelos, Tlaxcala y Puebla, y responsable de los consensos para el alumbramiento de candidatos a cargos ejecutivos.
Son tres momentos en los que Godoy debe esforzarse y rendir cuentas. Evitar fracturas internas durante el proceso seleccionador morenista, coordinar los esfuerzos electorales presidenciales y estatales en campaña, y triunfar en esas cinco entidades.
Hasta hoy lo que se sabe es su comilona con Nacho Mier, algo que se ignora si lo ha replicado con los otros seis aspirantes al gobierno poblano por el lado de Morena o no.
Sólo por reiterar, además de compañeros en la Cámara de Diputados, Leonel y Nacho pertenecen al mismo grupo político de Adán Augusto López, coordinador nacional de Sheinbaum.
Dos políticos de lo único que pueden hablar es de política, de sus religiones y deudas con Elektra y Coppel imposible, sus paradas con el talachero y oraciones en el templo tampoco.
Centraron la charla de pan y sal, por supuesto, en la designación del coordinador de Morena para Puebla y lo que pudiera resultar de esto entre sus oponentes de la contienda y enfados por consecuencia.
El presupuesto de egresos igual pudo ser pretexto de encuentro, algo que podría ubicar inmejorable escenario en la Cámara de Diputados, donde Godoy juega un rol irrelevante, nada protagónico, sin importancia. @DiarioReporter