Por: Jesús Ramos
Fue espectacular el ejercicio de coordinación de los tres poderes del estado para echar ayer mismo de las oficinas y de sus funciones al auditor Romero Serrano.
No se había visto una cosa así. Que el poderío del Ejecutivo descargara en sus pares Judicial y Legislativo el ordenamiento de suspender al titular de la Auditoría Superior del Estado pretextando asuntos domésticos.
Podríamos encontrar una manera más elegante de decir las cosas, pero lo que hicieron esos dos poderes fue el trabajo sucio al Ejecutivo para quitarle de en medio a un sujeto que le estorba y le fastidia.
El plan de relevar a Romero Serrano del cargo toma forma. Ya lo sacaron del centro de trabajo, lo que sigue sería fincarle responsabilidades de ineficiencia de desempeño o asuntos judiciales de índole personal, para después, extirparlo de la ASE y designar su reemplazo.
Meter las manos al fuego por el auditor sería arriesgado. Verdad o mentira corrieron fuertes versiones de corrupción en torno suyo antes de su distanciamiento con el gobernador y después de ello.
Sus cartas credenciales le fueron minadas progresivamente por ese y otros asuntos familiares hasta dejarlo en calidad de impresentable tanto en la clase política como en la burocracia dorada.
Testigos de hechos ocurridos en Casa Aguayo revelan gritos, ofensas, desplantes y humillaciones del Ejecutivo hacia Romero Serrano en la recta final del año pasado.
Ninguna justificante ni defensa a su favor le fue concedida. El gobernante cortó de tajo su relación con él y el auditor no tuvo más que apostarse por una guerra perdida antes de que iniciara.
Lo que ocurrió ayer fue realmente increíble. El Legislativo fungió como vocero de la acción de desalojo de Romero Serrano, el Judicial como armador de la causa jurídica en su contra. Y el Ejecutivo, como orquestador de sus pares para lanzar al funcionario de su reducto contable. Si antes no lo había hecho, ayer el mandatario se sacudió de encima a este personaje que fuertes corajes le hizo pasar por no meter a la cárcel a aquel bribón morenovallista que se enriqueció de manera ilícita a su paso por la Secretaría de Salud. @DiarioReporter