Por Carlos Clemente
El estilo que han inaugurado los diputados integrantes de la LXI Legislatura local es el de “legislo, después consulto”; aprobar leyes o reformas por consigna, sin un análisis de fondo, es propio de Congresos paleros, levantadedos, pues.
Sin el menor rubor, los diputados integrantes de las Comisiones de Gobernación y Movilidad y Transporte, encabezados por la petista Mónica Silva y la priista Isabel Merlo Talavera, aprobaron y turnaron al pleno la nueva Ley de Transporte enviada por el Ejecutivo.
Días previos simularon algunas reuniones con transportistas y organizaciones para escuchar su sentir.
Lamento decirles que fue una tomada de pelo. La iniciativa del gobernador pasó directa, sin adiciones o modificaciones en su texto original.
Los diputados, ufanos, destacaron que “es la primera gran reforma de la LXI Legislatura”. Qué descaro.
La tarea la hicieron desde la oficina de la Consejería Jurídica del gobernador, los legisladores fueron incapaces de añadir una coma al texto original.
Las propuestas, demandas y aportaciones recabadas en tales reuniones nunca fueron incorporadas en el texto final de la iniciativa de ley.
El propio diputado coordinador de los morenista, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, sostuvo después de la aprobación de la nueva legislación que se van a reunir con los transportistas, que el diálogo no está agotado y que todas las voces serán escuchas.
Lo cierto es que la nueva ley ya fue aprobada de manera unilateral y en los términos que quiso el Ejecutivo, el gran legislador, sin incorporar aportaciones ciudadanas, que son quienes viven y padecen el pésimo servicio, mismo que su gobierno ha tolerado desde que inició su gobierno, vía funcionarios corruptos, dicho por él mismo.
Esa será la tónica de la agenda legislativa, los representantes del pueblo ya nos ilustraron cómo habrán de legislar los temas más relevantes.
Para eso nos gustaban. @DiarioReporter