Por: Jesús Ramos
Los enemigos declarados de Barbosa parecieran haber formado un frente en común para responder a los agravios, persecuciones, campañas mediáticas y hostigamientos de que han sido objeto de parte del mandatario.
Surge una pregunta, ¿cuántos más se sumarán a la ofensiva de la diputada federal de Morena Inés Parra y del legislador Ignacio Mier?, porque haciendo cuentas son decenas, centenas o millares.
Tiene enemigos diputados locales y federales, políticos, empresarios de variados estatus, organizaciones de derechos humanos, colectivos, activistas, exfuncionarios, universidades, pueblos como el de Coyomeapan y familias de presos políticos.
El exhorto que el Congreso de la Unión hizo al Congreso del Estado para que cuanto antes inicie juicio político contra Barbosa, argumentando el delito de lesa humanidad por el ataque generalizado contra la población civil de Coyomeapan y los tres asesinatos recientes, no creo que sea producto de la casualidad.
Debió tener el visto bueno del Presidente López Obrador, del líder de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta Ricardo Monreal, del dirigente de Morena Mario Delgado y del secretario de Gobernación Adán Augusto, de otra manera ese exhorto no hubiera sido avalado por la Comisión Permanente.
No faltará quien diga que un exhorto es un llamado a misa y coincido en parte, pero este en especial, surgido de las tripas de Morena, avalado por el Congreso de la Unión e impulsado por dos morenistas, Inés y Nacho, no me parece poca cosa.
Para cerrar la pinza, la iniciativa presentada ayer por los legisladores morenistas locales identificados con Nacho Mier, para añadir la figura de revocación de mandato a la Constitución de Puebla, por supuesto que es un traje a la medida del gobernador Barbosa.
Es un instrumento político que sus enemigos no habían necesitado antes, pero que ya están necesitando. La mayoría de las personas actúan así, no aceleran las cosas y los tiempos hasta que necesitan ese algo que les hace falta, hasta entonces les entran las prisas.
Pareciera que le están tendiendo la cama para separarle del cargo. O le están amagando. O le están metiendo un susto. O le están advirtiendo que le baje tres rayitas o lo bajan. Eso parece si le damos buena lectura al exhorto federal y a la iniciativa local.
Por muy controlado que tenga a los diputados locales, si Palacio Nacional mueve los hilos para concretar una locura de semejante tamaño, por supuesto que puede ocurrir.
Los tres muertos de Coyomeapan, emboscados por la Policía de Barbosa, los presos políticos que están en prisión y la decisión del mandatario de apoyar a los caciques Celestino Rosas para cometer infamias en ese municipio, deben tenerlo bastante preocupado, incluso con insomnios.
Súmele el asesinato de Cecilia Monzón, la crisis de inseguridad que ahoga a Puebla, su atraso y la animadversión de un buen número de sectores sociales. Uf. @DiarioReporter
Relato verídico, claro y contundente.