Por: Jesús Ramos
Días atrás Roberto León cumplió con las faltas administrativas que le impuso el ayuntamiento de Tehuacán para que su bar, El Potrero, volviera a funcionar después de ser clausurado por el área de normatividad.
Roberto organizaba peleas de gallos. Le apodaban El Gallero. El año pasado intentaron matarlo, pero fallaron, le gustaba el tiro y la caza.
A Roberto y a dos más los ejecutaron la madrugada del domingo. Los sicarios ingresaron al establecimiento, preguntaron por ellos, y al localizarlos les dispararon. Llegaron en motocicletas y en ellas se fueron.
Las bigotonas, Los botas, Los gordos y Las patas son las bandas delictivas que operan en Tehuacán el narcomenudeo, secuestro, derecho de piso, asalto a cuentahabientes, carterismo y robo en carreteras.
Con las ejecuciones del fin de semana se acumulan 18 en lo que va del año. Al dueño de una empresa de grúas lo asesinaron de la misma manera hace unos días, llegaron a su negocio y dieron cuenta de él.
También hace poco circuló un video de un hombre privado de su libertad que escapó de sus captores y se refugió en una tienda. Fueron tras él y un sujeto apodado El Japo lo acribilló. Tres días después El Japo fue encontrado muerto en el cerro de San Lorenzo Teotipilco.
Pedro Tepole, alcalde de Tehuacán, asocia la ola criminal que sigue bañando de sangre a su municipio al problema nacional en materia de inseguridad y con ello pretende quitarse de encima la responsabilidad que le corresponde.
Apenas la semana pasada un grupo de policías municipales le exigió mediante desplegado mejoras al salario, equipo, uniformes, armas, motocicletas y patrullas nuevas, y también que no les presionen con cuotas de detenidos.
Lo que Tepole pretende con esa cuota es demostrar a los tehuacaneros un falso combate a la criminalidad incurriendo en la fabricación de delitos, sin embargo, los uniformados no están de acuerdo con el montaje.
El número de masacres, como la de la madrugada del domingo, tiende a normalizarse en Tehuacán. De ese modo, han asesinado familias, trabajadores y propietarios de negocios.
Fuentes consultadas refieren que San Diego Chalma, comunidad de Tehuacán, alberga a los sicarios de Oaxaca, Sinaloa y Veracruz que cumplen con ese tipo de trabajos y que Pedro Tepole está perfectamente enterado de su modus operandi igual que de las bandas delictivas. @DiarioReporter