Por Jesús Ramos
Para ganar Alejandro Armenta depende de él, su equipo y una participación ciudadana en escala baja. Para triunfar Eduardo Rivera necesita de un hermoso milagro: que la gente vaya a votar en altísimo porcentaje por gracia divina.
Que se entinten el dedo por ahí de 4 millones de poblanos para repudiar a Andrés Manuel López Obrador, sus resultados de gobierno y todo aquello que represente la 4T, eso le vendría de maravilla al yunquista.
Armenta acapara a casi todo el alquimismo del estado, cuenta con buen capital humano, experimentado y mañoso para encarar campaña y jornada electoral, además de dos gobiernos morenistas, uno estatal, el otro federal.
Eduardo no, el panismo en general es malo para operar comicios, Moreno Valle era el que sabía de trucos electorales y gasto, el Yunque es un fiasco para esas cosas, su doctrina no incluye la mapachería, cosas de Dios sí y del fascismo, también de la teoría de la liberación.
Podrá tener Lalo el respaldo del partido y la organización confesionaria, sin embargo, carece de estructuras políticas sólidas y confiables, planeadores excelsos en el arte artificial de la votación.
Los mismos panistas lo dicen, la derecha tiene una característica muy peculiar, es huevona en el armado y operación de los comicios, son escandalosos en lo mediático y esperan que el votante haga el trabajo que tendrían que hacer ellos.
Es fea la analogía, pero se acuestan en la hamaca en las jornadas comiciales a esperar el resultado, no le invierten recursos suyos para obtener triunfos ni imprimen el máximo esfuerzo, si son gobierno disponen de los recursos públicos, jamás de los propios o, bien, de otros.
Alejandro tiende más a planear, su formación política le enseño eso, soportar la campaña y el proyecto en su conjunto con lo humano, estratégico, financiero y estructural, no dejar a la suerte su destino, en dado caso ayudar a que el destino le favorezca.
Estar esperanzado por entero al hartazgo de la gente hacia el gobierno federal reflejado en las urnas y una alta participación del votante, eso es dejar en manos de Dios Nuestro Señor lo que pueda ocurrir el 2 de junio. @DiarioReporter