Por Raúl Hermosillo Carmona
El presidente presentó su propuesta de reforma electoral y bueno, no hay que hacerse bolas: es ooooootra trampa propagandística más, pensada confundir y engañar a la gente y con ello golpear y debilitar al INE.
Como siempre, nos quiere tener discutiendo temas que la mayoría no entiende, para que nadie le exija cuentas, por ejemplo, de que no hay ni un solo procesado por el colapso de la línea 12 del metro, del incremento espeluznante de la desaparición de mujeres y los homicidios dolosos, del escándalo de corrupción en Segalmex o de la locura de haber iniciado los trabajos de la nueva ruta del tren maya ¡sin estudios de impacto ambiental!
Por favor, dejemos de caer en las trampas de “distracción masiva” del presidente. Él sabe perfectamente que no le van a aprobar su propuesta porque es inviable por donde se le quiera ver. Lo que realmente le interesa es utilizarla para seguir polarizando a la gente y seguir culpando a la oposición de que le bloquean sus “grandes reformas”.
Tan no les interesa el contenido de la propuesta, que ni siquiera saben en qué consiste. Muchos recordarán que, desde que López Obrador comenzó a hablar de su propuesta de reforma electoral, una de sus principales banderas fue que iban a eliminar a los diputados plurinominales. Que porque son muchos y que nadie sabe para qué sirven y nadie los conoce, etc. Toda la chairocracia, de inmediato, comenzó a difundir que sí, que hay que quitar a los pluris, sin tener la menor idea de para qué sirven.
Incluso el día que la presentaron, tanto el secretario de gobernación, como el presidente, presumieron que la propuesta respondía a la añeja demanda del pueblo de desaparecer a los diputados plurinominales. Lo mismo le pasó a Sheinbaum y varios integrantes del gabinete que celebraron esa decisión.
Pero ¡oh sorpresa! Resultó la iniciativa propone desaparecer a todos los diputados, pero ¡de mayoría! ¡Y solo propone dejar a los diputados de representación proporcional, es decir, a los plurinominales! Lo que demuestra que no tienen idea de lo que ellos mismos proponen.
Ah, pero eso sí, todos se centraron en que, con la reforma, se iban a “ahorrar” 20 mil millones de pesos al año en beneficio del “pueblo”. ¡Nadie sabe cuánto es eso! ¿Es mucho o es poco? Solo les digo, que lo que dicen que nos cuesta la democracia es nada, comparado con las pérdidas anuales de PEMEX, 224 mil millones, o de CFE, 100 mil millones, o con las irregularidades detectadas por la ASF en 2020, 60 mil millones, ya para no hablar de lo que estamos perdiendo por sobre costos con la refinería de Dos Bocas o lo que se perdió con la construcción del Felipe Ángeles (el aeromuerto) y la cancelación del de Texcoco.
En fin, con el tema de la reforma electoral van a querer hacer exactamente lo mismo que hicieron con el tema eléctrico: un tema complejo, que la gente no entiende bien a bien, lo van a simplificar con el cuento del ahorro y la austeridad solo para engañar y confundir, y tener pretexto para atacar al INE y acusar a la oposición, ya no solo de traidores a la patria, sino ahora también, de traidores a la democracia.
La realidad es que, en lugar de gobernar, el presidente está concentrado en preparar el terreno rumbo al 2024. Como ya vieron que cada día aumentan las probabilidades de que pierdan el poder, quieren ir adiestrando a sus huestes para rechazar el resultado con el eterno cuento orbadorista del fraude electoral.
Ya sabemos que así va a ser, porque ningún populista en el mundo es capaz de aceptar los resultados de una elección libre y democrática, a menos que le favorezcan. Que desde ahora nos quede claro: la única manera de sacarlo va a ser garantizando que el recuento de votos lo hagamos los ciudadanos, defendiendo y apoyando al árbitro electoral y exigiendo que todos los jugadores acaten el resultado electoral, cualquiera que éste sea. Por eso, ¡hay que defender al INE! @DiarioReporter