Por Jesús Ramos
Es Olivia Salomón a la que mejor le fue de las creaciones políticas de Miguel Barbosa y la única que podría presumir el cargo que ostenta en la dirección de la Lotería Nacional, sin que sea la gran cosa.
Apartando a Olivia del anaquel de las desgracias, Julio Huerta, Gabriel Biestro, Miguel Ángel Martínez, Héctor Sánchez, Eduardo Rivera y Melitón Morales se encuentran fuera de la memoria de corto plazo de los poblanos.
Julio preside la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado, pero como si ni existiera, es un diputado del montón que pasa sin pena ni gloria por la política con la chaqueta puesta de la invisibilidad.
De ser el segundo hombre más poderoso de Puebla, después de su primo hermano Barbosa, hoy deambula por los pasillos del Legislativo como un fantasma gritando “Ay mis hijos” importando poco lo que diga o haga.
Similar les fue a Biestro, Héctor, Melitón, al doctor Martínez y Lalo Rivera, cayeron todos ellos en desgracia después de la ausencia del difunto de tan lamentables recuerdos, autoritarios y déspotas en su mayoría.
En el béisbol de los Estados Unidos fue acuñada “La Maldición del Bambino” en 1919 cuando los Medias Rojas de Boston vendieron a Babe Ruth a los Yankees de Nueva York, maldición que les costó 85 años de no ganar en series mundiales.
Parecido a lo que sucedió a los Red Sox de aquellos años, ocurrió a los inventos políticos de Barbosa, fueron maldecidos por el tehuacanero, agregue si es su gusto a Verónica Vélez y Francisco Romero Serrano, uno apenas salió de la cárcel y la otra podría ir para allá. @noticiasreportero