Por Alberto Pacheco
Desde que Olivia Salomón se convirtió de manera sorpresiva en la Secretaria de Economía de Puebla (ya que no se le conoce ninguna trayectoria ni formación técnica en dicha instancia), comenzaron a nadar de manera sincronizada diversos medios de comunicación, exacerbando al límite, cada acción, cada anuncio, cada junta, cada evento que ha realizado o en el que ha participado, a tal grado que, de manera ridícula, la están promoviendo como potencial sucesora del gobernador Barbosa o en el último de los casos, del Alcalde Eduardo Rivera.
Y, aunque no se duda ni tantito de la poderosa influencia que la Secretaria de Economía tiene sobre el Gobernador, al grado de recomendar y colocar a por lo menos un par de sus alfiles como funcionarios de primer nivel en el gabinete Estatal, la realidad económica de la Entidad, no es más que desastrosa y para muestra, un botón.
No hay absolutamente nada que presumir en Desarrollo Económico; de acuerdo al CONEVAL seguimos estando entre las 4 entidades más pobres del país y también, entre las 3, con los salarios más bajos.
Por otro lado, recientemente se publicó el resultado del ÍNDICE DE COMPETITIVIDAD ESTATAL 2021 que elabora el IMCO que se compone de 10 subíndices, entre los que destacan: manejo sustentable del medio ambiente, sociedad preparada, incluyente y sana, economía estable, sectores precursores de clase mundial e innovación y sofisticación en los sectores económicos, entre otros.
Puebla, en el promedio, se ubicó en el muy penoso lugar 23 de 32, pasando del lugar 14 en 2016, al ya mencionado lugar 23 en 2021, siendo incluso último lugar en el subíndice de SISTEMA POLÍTICO ESTABLE Y FUNCIONAL, el cual es fundamental para estimular las inversiones.
Somos la Entidad 21 en sectores precursores de clase mundial que engloban a los sectores financiero y de telecomunicaciones y transporte y 13 en innovación y sofisticación en los sectores económicos, lo cual nos pone de rodillas al competir con éxito en los sectores de alto valor agregado, intensivos en conocimiento y tecnología de punta, y es que, un Estado competitivo en este subíndice es capaz de atraer y retener inversiones de calidad, talento y salarios de primer nivel.
Y para rematar, estamos en el lugar 29 de 32 respecto al porcentaje de población de clase media, lo cual está asociado directamente con el pobre nivel competitivo de la Entidad.
No ha llegado ni hay en puerta ni una sola inversión de lo que se denominan greenfields o instalación de plantas productivas desde cero en sectores de alto valor agregado y ni soñar que llegue una intensiva en I+D (innovación más desarrollo).
Lo que sí abunda en Puebla, es un alto sector de población económicamente activa empleada en el sector informal, subempleada y empleada en el sector servicios con salarios miserables que no superan los 5 mil o 6 mil pesos mensuales.
Y es que, aunque la Secretaria Olivia Salomón sea una mujer encantadora, lo cual desconozco, pero tampoco dudo, no significa en lo absoluto, que sea competente para un puesto tan importante, encima, la falta de las cualificaciones mínimas necesarias, la hacen susceptible de un mal asesoramiento de quienes en realidad están interesados en todo, menos en el desarrollo de Puebla.
Hoy con un panorama sin igual debido a la pandemia, la inflación en máximos históricos, la precariedad salarial que vuelve casi imposible poder satisfacer las necesidades más básicas a una familia, con empleos que no estimulan ni desarrollan, con un gobierno sin proyectos estratégicos, alcaldes más interesados en el siguiente puesto de sus mediocres carreras políticas, con el talento de los jóvenes migrando a otros Estados o países ante la falta de oportunidades de calidad en Puebla, el panorama se vislumbra poco alentador.
Por lo que si desde la Secretaría de Economía, no dejan la frivolidad de las fotos de reuniones que no llevan a nada, la ineficacia de programas o acciones más clientelares que estratégicas, si no se deja de lado la política y se pondera la planeación, la Entidad seguirá en caída libre y muy seguramente, el sexenio acabará con Puebla aún más en el fondo y con las implicaciones sociales que eso conlleva.
No olvidemos, que el Desarrollo Económico es la piedra angular del bienestar, si no se estimulan las capacidades y condiciones que tiene nuestro Estado, no se creara riqueza y sin riqueza no hay paz, porque la paz es sencillamente, el resultado de la correcta distribución de la riqueza en equidad de oportunidades para los ciudadanos.
Dejen de mentir, acepten la realidad, prepárense mucho mejor, enfréntenla como un desafío y, por una vez, hagan lo correcto…
Nos vemos cuando nos leamos. @DiarioReporter
Felicidades Alberto, excelente descripción de la realidad de la política en nuestro Estado de Puebla.
Es preocupante el desinterés que muestran los funcionarios ante los problemas económicos que se pueden resolver, si se pone el foco en el desarrollo económico.
Cambiaria el rumbo de la economía y el desaliento que estamos sintiendo los poblanos.