Por Alberto Pacheco
La pandemia del Covid 19, dejó estragos jamás antes vistos en la historia moderna de la humanidad, uno de ellos, en lo que corresponde al factor económico, y aunque se han mostrado síntomas de recuperación, la realidad es que, seguimos muy lejos de revertirlos.
Lamentablemente, la falta de entendimiento, creatividad y sobrada incompetencia por parte de los funcionarios de los distintos niveles de gobierno, se reflejan en los mediocres y previsibles planes de reactivación económica.
Pasando desde unos muy improvisados programas de créditos, que ni atractivos ni accesibles, hasta el ahora muy promocionado “Buen fin”, que no es otra cosa más que generar bienestar artificial por medio de la adquisición de deuda o utilización no productiva de recursos adelantados a los sectores de la llamada clase trabajadora.
Y es que, estos supuestos planes de reactivación, son un peligro, si, peligro, porque las clases trabajadoras tienen más posibilidades de caer en pobreza que ascender, pues la productividad de estos (con el adelanto de sus aguinaldos), financia los ingresos de los más ricos (multinacionales).
Tenemos que entender que un gobierno responsable, no es aquel que induce al consumo, ni nos intoxica con dosis diarias de esperanza y expectativas, mientras despedazan nuestra capacidad creadora, sino el que genera condiciones para descubrir nuevas formas de productividad.
La estrategia de reactivación no debe ser lo inmediatamente rentable, sino lo sosteniblemente correcto, centrándose en el individuo, habilitándolo para desarrollar valor, y liberar competencias, incentivando la creación de nuevas fuentes de riqueza y democratizar las existentes y eso, solo se logra con competitividad, innovación social y acceso a la banca de desarrollo por sobre todas las cosas, no con decretos ni con populismo que solo venden soluciones fáciles a problemas complejos.
Si tomamos en cuenta que las MiPymes generan más del 70% de los empleos formales y la tasa de mortandad que tienen la mayoría es de menos de 3 años de vida, es ridículo que, para acceder a créditos o financiación, hoy más necesaria que nunca, se les llegue a pedir un mínimo de 3 años de declaraciones fiscales, o que, por una situación con buró de crédito, se les excluya completamente de tal posibilidad, por citar un ejemplo.
Al gobierno no le interesa el desarrollo, sino crear clientelas dependientes, porque la gente bajo este sistema solo consume fe y la política se reduce a un mero laboratorio para experimentar con la vida de los demás, en beneficio de unos cuantos.
Para salir de este trabuco, la construcción de modelos de desarrollo regional debe ser la prioridad, la economía social colaborativa y la creación de ecosistemas de competitividad son ya, la tendencia del camino del bienestar post pandemia.
Tenemos que dejar de ser el traspatio de la mano de obra barata de las empresas transnacionales y convertir a la creatividad y la capacidad de innovación de los mexicanos, en la nueva forma de producción de riqueza.
La propuesta asequible y sostenible de inmediato debe ser:
Que los jóvenes accedan fácilmente a financiación y se elimine el criterio del buró de crédito, priorizando la viabilidad del proyecto de negocio.
Maximizar la eficiencia de los gobiernos municipales, obligándolos a reducir el gasto corriente y destinar esos recursos, a la financiación directa de los proyectos productivos de sus ciudadanos.
Obligarse tanto gobiernos municipales y estatales a eliminar la secrecía, la burocracia y el amiguismo de los concursos y licitaciones para que las MiPymes accedan a la provisión de bienes y servicios que demandan dichos gobiernos.
Exentar del pago de impuestos y derechos de aprovechamiento a todos los negocios de bajo riesgo desarrollados por jóvenes de 18 a 30 años y que empleen subgrupos como gente mayor y con algún tipo de discapacidad.
Incentivar a través de la compra pública a los emprendedores en sectores tecnológicos y de innovación.
Lo ven amigas y amigos, un plan de reactivación real y sostenible, no es en lo absoluto complejo, pero atenta contra los intereses perversos de los políticos de siempre y eso, nos les conviene en lo absoluto y, por lo tanto, jamás veremos dichas propuestas como parte del plan de reactivación económica.
Nos vemos cuando nos leamos…
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