Por: Jesús Ramos
Un gobernante tiene que tener proyecto en el plano sucesorio, y diré por qué, porque todos sin distingo persiguen dos cosas: continuidad y cubrirse las espaldas, comparte Fidencio Aguilar Víquez su perspectiva académica sobre los planes políticos de Luis Miguel Barbosa.
Los poblanos ya pueden observar varias cartas del gobernador, incluso con actores de la oposición, y con todas ellas probará dos elementos esenciales de la política, la confianza y la lealtad, al final, elegirá la menos desgastada y la que le convenza más, abunda el exconsejero electoral, conferencista nacional e internacional, y catedrático del Centro de Investigación Social Avanzada de Querétaro.
Desde el ángulo de la izquierda, Humberto Morales Moreno, recién llegado de Rusia, interpreta al gobernador poblano como un político profesional que gusta de jugar con la lógica de Maquiavelo, ser generador de componendas y traiciones, bastante pragmático y muy proclive a la venganza. En su lógica de presidente del Observatorio Ciudadano de Cultura y Prácticas del Buen Gobierno, Morales analiza a un Barbosa jugando la sucesión de Puebla con un modelo muy parecido al de Andrés Manuel López Obrador, igual con varias corcholatas, aunque mostrando un pragmatismo más elevado por incluir a miembros de la derecha radical.
Después del fracaso político de Gabriel Biestro, a quien el mandatario no escatimó en proyectar desde el Congreso del Estado como su sucesor, dos mujeres han ido ganando terreno para calzar los zapatos que no pudo llenar el exdiputado de Morena y líder de la legislatura local pasada: Olivia Salomón y Mónica Silva.
La primera con el gran pendiente de recuperar los 50 mil empleos que se perdieron durante la pandemia y las 40 mil Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) que bajaron sus cortinas por no poder sostener la nómina ni la operación de gimnasios, papelerías, tienditas, estéticas, bares y restaurantes, entre otros negocios.
Pese a su falta de resultados tangibles en la explosión de inversiones y negocios, a la titular de la Secretaría de Economía, le han mencionado como una de las cartas de Barbosa para la sucesión. Dos promesas que incumplió en la pandemia, fueron los apoyos económicos que se supone daría a los negocios y empresas para que no quebraran. Y la detonación, de la zona de conciertos en Cola de Lagarto, área considerada como reserva nacional protegida de la sierra del Tentzo, que a la fecha está paralizada.
Olivia Salomón como Mónica Silva son opciones del gobernador no sólo para la gubernatura, también para la presidencia municipal de Puebla si el Movimiento de Regeneración Nacional le entregara esas candidaturas en el 2024. Sin embargo, de no lograrlo, Barbosa las impulsaría desde el Partido Acción Nacional, Revolucionario Institucional, Partido del Trabajo u otras de sus marcas partidistas aliadas.
La previsión del mandatario con Olivia y Mónica tendría el sesgo del género si Morena eligiera mujer para la gubernatura o para la alcaldía de la ciudad de Puebla. En ambos casos, Barbosa dispondría de corcholata femenina para ponerla a consideración de AMLO y del candidato a la presidencia de la república.
Aquí están mis propuestas para la candidatura, diría, si el género elegido fuera mujer.
Citlali Ibáñez Camacho, mejor conocida como Yeidckol Polevnsky, sería la tercera opción del gobernador por el lado de las mujeres, sin ser enteramente de él. Rubén Montañez y Rafael Zarazúa, operadores de Ibáñez Camacho, habrían sostenido reuniones con el alcalde de Teziutlán Carlos Peredo Grau para lograr un acta de nacimiento de Yeidckol de ese municipio con la versión de respaldo del edil.
De lograrlo, corregiría la verdad de su origen y entraría de lleno a las opciones políticas de la sucesión. El apellido Camacho de la morenista es el mismo de don Manuel y Maximino Ávila Camacho, y de los Camacho Foglia de Teziutlán, aunque el acta de nacimiento que se conoce públicamente sea de la Ciudad de México.
Yeidckol en 2005 compitió por la gubernatura del Estado de México con las siglas del PRD y perdió con Enrique Peña Nieto. Ahora planea ser gobernadora por Puebla, sin la plena aprobación del actual mandatario.
Hasta el 2019 Barbosa y Yeidckol fueron enormes aliados, ella como líder nacional de Morena le respaldó para que fuera el candidato a gobernador de Puebla en la elección extraordinaria y no Alejandro Armenta Mier. Se distanciaron por desentendidos políticos, pero el vínculo que todavía les une se llama Mario y Elsa Bracamonte, en Casa Aguayo, y López Obrador en Palacio Nacional.
Entre las corcholatas varones del Ejecutivo se encuentran, la ya identificada con él, Eduardo Rivera Pérez por el PAN, sin embargo, tendrían que sumarse las de Sergio Salomón Céspedes y Héctor Sánchez Sánchez para entender la disponibilidad de alternativas del género masculino en caso de tener manga ancha en Morena para poner candidato a gobernador y alcalde de Puebla.
Aquí están mis propuestas masculinas, alegaría de igual forma, si el género elegido por el partido guinda fuera varón.
Con el mismo cálculo que con las corcholatas mujeres, si en el Movimiento de Regeneración Nacional, enfrentara resistencias para imponer abanderados en los dos cargos, incrustaría a Héctor Sánchez y a Sergio Salomón como candidatos del PRI, PAN, PRD u otros de sus partidos aliados tanto en la parrilla de gobernador como de presidente municipal de la Angelópolis.
Aguilar Víquez refiere que Barbosa como todo gobernante practica El Juego del Poder porque le preocupa el prestigio o desprestigio con que pueda trascender en la historia, “por eso debe esforzarse por hacer creer a sus cartas que ellos son los elegidos, aunque en política es más importante lo que no se ve que lo que se ve, y en este momento él está mostrando lo que quiere que nosotros veamos”.
Desde su óptica de izquierda, Morales Moreno cree que el gobernador utiliza a Eduardo Rivera como distractor para allanarle el camino a otras opciones suyas de sucesión, incluso de mayor relevancia. Sus planes deberían entenderse que cuando llegue el momento, en el umbral del 2024, decida de entre varias opciones de gobierno y no de una sola, externa su opinión.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia Héctor Sánchez pudo ganarse la confianza de Barbosa para extender su mandato hasta el 2025, luego de que en 2018 asumiera la presidencia del Poder Judicial con vencimiento al 2021. Frecuentemente le permiten ser orador en los eventos del gobierno barbosista, lo que le ha redituado vigencia y permanencia en la agenda mediática estatal.
Mónica Silva, su esposa, es una de las legisladoras más destacadas del Congreso local, tanto, que se le ha ubicado como opción inteligente, preparada y experimentada para el gobierno poblano o por la capital, en el entendido de que el PT, partido que la postuló para diputada, iría en alianza con Morena en el 2024. A Mónica, años atrás, la identificaban con el PAN, por lo que no sería extraño que ese instituto pudiera abanderarla para entonces.
Catalogado como un político camaleónico, comodino y chapulín, Sergio Salomón Céspedes es hechura de Mario Marín, Javier López Zavala y Alejandro Armenta, quienes le hicieron diputado local por Tepeaca en 2015 con las siglas del PRI.
Él es otra de las corcholatas de Barbosa en el juego sucesorio. Después de traicionar al grupo marinista y al Revolucionario Institucional, Salomón Céspedes se unió a Rafael Moreno Valle, y este último junto con Martha Erika Alonso, lo postularon candidato a presidente municipal de Tepeaca en 2018 por la alianza Por Puebla al Frente del PAN, PRD, MC y PSI.
En las elecciones pasadas del 6 de junio, Céspedes volvió a cambiar de chaqueta, ahora, por Morena compitió y ganó la diputación local por Tepeaca, después, fue nombrado presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Puebla por intervención de Barbosa.
Eduardo Rivera Pérez, aunque obtuvo la presidencia municipal como candidato de la alianza PRI, PAN y PRD, es la corcholata con la que el gobernador jugó desde la oposición en los comicios pasados, incluso, a costa de traicionar a López Obrador al ser determinante en la derrota de la candidata de Morena Claudia Rivera Vivanco.
Lo que hizo Barbosa con Claudia Rivera en los comicios pasados, dice Morales Moreno, fue un acto de venganza porque en las elecciones de 2018 Claudia se unió a Rafael Moreno Valle y a Martha Erika para sacrificarlo a él a cambio de que ella ganara la capital.
Aguilar Víquez considera normal que el gobernador de Puebla desarrolle su Juego del Poder utilizando a Morena y a otros partidos, dado el creciente descrédito de las instituciones políticas y considerando que en estos tiempos ningún político, incluyéndolo a él, es leal a ningún partido. @DiarioReporter