Por Carlos Clemente
Sería muy grave que el Congreso del estado atendiera una recomendación o “dedazo” para designar al nuevo titular de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla y que todo el ejercicio de comparecencias terminara en una burda simulación.
Sentaría un pésimo precedente para la joven legislatura, porque implicaría un lamentable retroceso en todos sentidos, pero fundamentalmente, en el proceso de recuperar para los ciudadanos los organismos autónomos.
Es del dominio público que la conducción de la CDH en los últimos años ha sido alejada en demasía de los objetivos para los que fue creada.
Hay un abandono de la institución que no defiende los derechos de los poblanos y tampoco provee justicia.
Un aspirante, de los ocho comparecientes en la comisión de diputados, lo subrayó ayer, es común escuchar la frase en voz de ciudadanos decepcionados: “no sé para qué vine a la Comisión”.
Lo que hay es un organismo complaciente y permisivo ante actos de autoridad que van en contra de los derechos de los ciudadanos.
Funcionarios que actúan con deficiencias al momento de integrar quejas, sin seguimiento ni atención oportuna o adecuada. Es lo que se encuentran los poblanos al tocar las puertas.
Una Comisión de Derechos Humanos de pura simulación, es lo que hay.
Los poblanos no se merecen esto.
El diputado presidente de la Comisión de Derechos Humanos del poder Legislativo, el morenista Roberto Zataráin Leal, ofreció garantías de un proceso de selección limpio, transparente.
Aseguró que las evaluaciones serán justas y profesionales. Además, se harán públicas.
Esperemos que los legisladores no sujeten su voto a la línea de nadie. No decepcionen. @DiarioReporter