Por Jesús Ramos
Es un reto para Aguilar Pala, secretario de Gobernación, poner a tono a sus delegados de gobierno por el alto compromiso que estos tienen en la proximidad de los conflictos sociales y regionales infaltables en todo sexenio.
Hoy mismo son un desastre todos ellos, incapaces de resolver situaciones críticas por su inexperiencia, por ser operadores políticos metidos al quehacer público y porque sus superiores también son ignorantes de las tareas prácticas en campo.
Pablo Salazar, coordinador de delegados, es ejemplo claro de la ignorancia aquí expuesta, puede ser buena o mala persona, no se sabe, lo que sí, es que se está estrenando en un desempeño que desconoce.
El superior de Pablo y los delegados de gobierno, Samuel Aguilar, es exactamente lo mismo situado en el escalafón supremo, su novel tarea de responsable de la política interior del estado le sitúa en un cargo del que tiene muchas cosas por descubrir y aprender.
Dios les agarre confesados a Samuel, Pablo y los delegados en un intento de linchamiento o consumación de este, bloqueo de vías de comunicación o toma de ayuntamientos porque no sabrían qué hacer, qué botones oprimir ni cómo actuar.
Muy cierto que recibieron cursos teóricos con libreta en mano y torta para el recreo, incomparable por supuesto con lo que les depara el campo y la realidad de un embrollo. Se fueron los delegados colmilludos que sabían de estos asuntos para ahuecar espacios que fueron obsequiados a operadores políticos.
Las curvas de aprendizaje cuestan saldos económicos, materiales y de vidas humanas en la responsabilidad que tienen los delegados de gobernación con cuentas por entregar a Samuel Aguilar y Pablo Salazar, que el costo de su ignorancia no sea demasiado alto te rogamos Señor. @DiarioReporter